CASTRO JOVER, Adoración (ed.) (2015): “Asistencia social, participación y reconocimiento de la diversidad. Un estudio comparado entre Alemania, España, Francia e Italia”, Le Tricase, Libellula Edizioni

Por Mercedes Murillo Muñoz
Universidad Rey Juan Carlos

CASTRO JOVER, Adoración (ed.) (2015): “Asistencia social, participación y reconocimiento de la diversidad. Un estudio comparado entre Alemania, España, Francia e Italia”, Le Tricase, Libellula Edizioni
31 de Marzo de 2016

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Arrancaba el Libro Blanco del dialogo Intercultural publicado por el Consejo de Europa en mayo de 2008 afirmando que “la gestión democrática de la creciente diversidad cultural en Europa –arraigada en la historia de nuestro continente y amplificada por la globalización– se ha convertido en una prioridad en los últimos años. ¿Cómo podemos responder a la diversidad? ¿Cuál es nuestra visión de la sociedad del futuro? ¿Se trata de una sociedad integrada por comunidades separadas, caracterizada en el mejor de los casos por la coexistencia de mayorías y minorías con derechos y obligaciones diferenciados, vinculadas vagamente entre sí por la ignorancia mutua y los estereotipos? ¿O, por el contrario, es una sociedad dinámica y abierta, libre de toda discriminación y beneficiosa para todos, caracterizada por la integración de las personas en el pleno respeto de sus derechos humanos? El Consejo de Europa está convencido de que el respeto y la promoción de la diversidad cultural con arreglo a los valores en los que se apoya la Organización son condiciones esenciales para el desarrollo de unas sociedades basadas en la solidaridad".

En este contexto se desenvuelve el libro editado por Adoración Castro Jover, catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad del País Vasco y directora de un grupo consolidado de investigación en el que participan profesores del Área de distintas universidades españolas y europeas. La publicación recoge las ponencias e intervenciones que se realizaron en el workshop que tuvo lugar en Bilbao los días 2 y 3 de julio de 2015. Tanto la celebración de estas jornadas como su posterior publicación se han producido en el marco del Proyecto I-D DER2013-4261P “Solidaridad, participación y reconocimiento de la diversidad” y del Grupo Consolidado de Investigación del sistema universitario del País Vasco (IT743-13).

Tal como expresa la Profª. Castro, la publicación se inscribe en el objetivo de verificar el grado de implantación del modelo intercultural europeo en el ámbito de la asistencia social en una doble dirección: de un lado, el grado de participación de las entidades privadas en la gestión de los servicios sociales, con una atención especial a las confesiones religiosas que históricamente se ocuparon de los más necesitados y, de otro, si se recoge la atención a la diversidad cultural y religiosa en la prestación de los servicios sociales. Dicho análisis requiere de la previa exposición del modelo de asistencia social y la delimitación de los ámbitos de intervención social en los que la atención a la diversidad tiene más recorrido, destacando dos sobre los demás: los centros de acogida a menores no acompañados y los comedores sociales.

En este sentido, la publicación tiene una Parte I, sobre los “Modelos Jurídicos”, en la que se incluye los estudios de cuatro prestigiosos profesores y especialistas del derecho público y las relaciones de los poderes públicos con el factor religioso: Giovanni Cimbalo, catedrático de la Universidad de Bolonia, que estudia el espacio europeo; Dian Schefold, catedrático en la Universidad de Bremen, que recoge el modelo alemán; Anne Fornerod, profesora e investigadora del CNRS de Estrasburgo, que expone el modelo francés; Daniela Milani de la Universidad de Milán, el modelo italiano y la propia Adoración Castro, el modelo español. De este modo, cualquier aproximación que se haga desde el derecho comparado a este tema, tiene en esta publicación un material valioso e imprescindible.

La II Parte del libro, titulada “Prácticas de campo,” se dedica a recoger las intervenciones que tuvieron lugar en la Mesa Redonda, precedidas por la presentación a cargo del Prof. de la Universidad del Sacro Cuore en Piacenza, Antonio G. Chizzoniti. Dichas intervenciones corren a cargo de representantes de entidades religiosas que trabajan específicamente en la intervención social como son Cáritas, entidad bien conocida de la Iglesia Católica y Diaconía, entidad dedicada al ámbito social de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, y del representante de la Unión de Comunidades Islámicas del País Vasco. A ellos se unen representantes de organismos públicos, caso de la Diputación Foral de Guipúzcoa y, finalmente, de instituciones privadas como son Gizardatz (Asociación de Entidades de Iniciativa e Intervención Social de Bizkaia) que integra a entidades sin ánimo de lucro que gestionan servicios sociales públicos o privados y Hirekin (Asociación de Entidades de Iniciativa e Intervención Social de Euskadi) que es una asociación empresarial sin ánimo de lucro que agrupa a más de ochenta entidades del Tercer Sector en el País Vasco. Estas intervenciones tuvieron como guía un cuestionario que permite valorar el trabajo que realiza cada una de estas entidades, sus dificultades y propuestas.

De los estudios presentados en la Parte I, es idea común la transformación de la tradicional beneficencia, heredera a su vez de la atención caritativa que hacían las confesiones cristianas en Europa, en la asistencia social entendida como un derecho subjetivo y un servicio público. Esta configuración no impide la participación de las entidades privadas en la gestión de los servicios sociales, incluidas las entidades religiosas que han experimentado un progresivo proceso de profesionalización en los servicios que prestan a fin de adaptarse a los estándares de calidad exigidos a los servicios públicos. Esta gestión mixta suscita la necesidad de integrar los recursos que permita una gestión más eficiente de los recursos públicos y privados disponibles. Dicha integración debería tener en cuenta, en el caso de las entidades religiosas, el respeto por las convicciones y creencias de los usuarios dado que en estos casos, los servicios que presta la entidad religiosa forman parte de la red de recursos públicos. Así, respecto del modelo español, la Profª Castro afirma que “la preservación de la libertad de conciencia de los usuarios debe ser especialmente protegida en un ámbito como el de la exclusión y la marginalidad en el que dependen de la Administracion y en el que no hay libertad de elección”.

Otra de las cuestiones presente en los estudios realizados es la financiación de los servicios que prestan las entidades privadas que van desde los programas finalistas a la firma de convenios con las entidades. En el caso de España, tres Comunidades Autónomas han firmado convenios con la Iglesia Católica, Andalucía, Extremadura y Comunidad Valenciana, que son objeto de análisis en esta obra, al igual que la participación de otras confesiones religiosas que tiene, en cambio, un alcance muy desigual.

Además de esta participación a través de la integración en la red pública de los recursos privados, el estudio destaca como un elemento positivo de la participación privada y en particular la religiosa, la atención de necesidades no siempre cubiertas por los servicios públicos, caso de la intervención urgente y de primera necesidad de las que se hacen cargo estas entidades con sus propios fondos y su voluntariado. Así se recoge en el modelo español o en el alemán, donde se pone de manifiesto esta situación respecto de la atención a los refugiados.

En cuanto a la incorporación del principio de interculturalidad en las normas y la gestión de los servicios sociales, en España tenemos el ejemplo del País Vasco que si menciona expresamente la perspectiva intercultural en su Ley de Servicios Sociales (Ley 12/2008) pero que está ausente en el resto de normas de las Comunidades Autónomas, al menos de forma explícita. Los estudios comparados abordan la importancia de la cuestión y las implicaciones que ello tiene respecto de la integración y la cohesión social.

Porque ¿Cómo se construye una sociedad cohesionada y diversa a la vez? A esta pregunta el Consejo de Europa contestó con el Libro Blanco del dialogo Intercultural como veíamos al inicio, por lo que las reflexiones en torno a cómo se articula esa perspectiva intercultural son cada vez más necesarias y pertinentes. Este libro inicia un campo de investigación centrado en la gestión de la asistencia social y los servicios sociales que están en contacto con la realidad de los más desfavorecidos que son, en muchos casos, aquellos que, a través de lo que el Libro Blanco del dialogo Intercultural llama la globalización, han multiplicado la diversidad en los Estados europeos creados a partir de la homogeneidad cultural y religiosa que impusiera el cuius regio, eius religio con que se resolvieron las guerras de religión tras la Reforma. Por tanto, una buena gestión intercultural de los servicios sociales puede (y debe) contribuir poderosamente a la necesaria cohesión social y normalización de la diversidad.

Y habría aún que añadir un elemento más para reafirmar la importancia de esta gestión en el ámbito de la asistencia social: la prevención de la violencia. Si los problemas identitarios y la marginación social son circunstancias que los especialistas señalan para explicar por qué jóvenes europeos que proceden de familias que fueron inmigrantes son atraídos por la violencia terrorista, los servicios sociales tienen un papel importante que jugar en la atención a esta población y sus necesidades incorporando la perspectiva intercultural.

En definitiva, la publicación editada por la Profª Castro tiene un indudable interés no solo por su contenido que permite conocer esta realidad en distintos modelos europeos y las aportaciones de entidades públicas y privadas comprometidas en la intervención social, sino porque abre la reflexión acerca de cómo incorporar el modelo intercultural de gestión democrática de la diversidad a un ámbito especialmente sensible como es la asistencia social. Con las implicaciones que ello tiene en la normalización social de dicha diversidad, generadora, a su vez, de cohesión social, y en la prevención de la violencia, tanto la que procede del terrorismo internacional como la que se produce, en reacción al mismo, en forma de conflictos y discursos de odio.

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