DÍEZ DE VELASCO, Francisco (2013): El budismo en España. Historia, visibilización e implantación, Madrid, Ediciones Akal

Por Antonio Mínguez
Expresidente de la Federación de Comunidades Budistas de España.

DÍEZ DE VELASCO, Francisco (2013): El budismo en España. Historia, visibilización e implantación, Madrid, Ediciones Akal
27 de Junio de 2013

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El Profesor Francisco Diez de Velasco, autor de la obra comentada, es catedrático de la Universidad de La Laguna, Doctor en Historia y Licenciado en Antropología Social y Cultural, especializado en historia general y comparada, profesor de historia antigua, historia general de las religiones y teoría y metodología de la historia de las religiones. Entre sus numerosas publicaciones destacan: Introducción a la Historia de las religiones (Madrid, Trotta, 2002); Los caminos de la muerte (Madrid, Trotta, 1995); Lenguajes de la religión (Madrid, Trotta, 1998); Las nuevas religiones (Madrid, Ediciones del Orto, 2000); Breve historia de las religiones (Madrid, Alianza Editorial, 2006); Miedo y religión (Madrid, Ediciones del Orto, 2002).

El libro El budismo en España publicado recientemente por Ediciones Akal, es parte del resultado del proyecto de investigación "Budismo en España: historia, visibilización e implantación" dirigido por Francisco Díez de Velasco y financiado a través de un convenio firmado entre la Fundación Pluralismo y Convivencia (Madrid) y la Universidad de La Laguna (Tenerife) que se realizó entre noviembre de 2010 y abril de 2012. El resultado ha sido la materialización de una obra de investigación ingente, por la profundidad y extensión de su contenido, dentro del universo budista occidental y, en especial, en nuestra sociedad.

La obra que, por su sentido y finalidad, parece ir destinada a los entes oficiales y demás personas afines, resulta amena y de gran interés para todas aquellas personas con curiosidad por conocer detalles y adentrarse en el conocimiento de una religión con dos mil quinientos años de existencia, cuya evolución, en el correr de los siglos, nos ha sido casi desconocida hasta tiempos muy recientes. Su perfecta estructura nos facilita, a través de su índice, situarnos en los aspectos concretos que puedan despertar el interés particular de cada lector, llevándonos, poco a poco, a descubrir la totalidad de su contenido.

Los que conocemos el mundo del budismo en España y sus peculiaridades sabemos que, dada la gran profusión de tradiciones representadas, tantas que los especialistas en la materia no suelen hablar de budismo sino de los budismos, ha sido preciso un trabajo casi detectivesco para coordinar y obtener unos resultados prácticos que, además de mostrar con fidelidad perfecta la situación, en su propósito de orientar al lector en tan complejo mundo, ha ido más allá del simple análisis del fenómeno socio-religioso que ha supuesto la llegada y difusión del budismo en Occidente. 

El libro se inicia con una descripción del budismo en sus orígenes en Asia y un rastreo, no fácil de realizar, de las primeras huellas de esta tradición en nuestra cultura y, aunque el autor nos advierte en la introducción que su trabajo no tiene pretensiones de llegar a una exposición exhaustiva del tema, lo cierto es que, quizás por el momento, resulta en su conjunto la obra más completa puesta al alcance de estudiosos y personas relacionadas con el mundo budista. Demostrando un perfecto conocimiento de la materia, facilita datos que pueden servir de referencia a otros investigadores que deseen profundizar en su estudio. No es fácil encontrar información, en nuestros ámbitos intelectuales, sobre la “prehistoria” del budismo en nuestra cultura; es sabido que, hasta la segunda mitad del pasado siglo, el budismo era materia de diletantismo sólo al alcance de intelectuales, artistas y viajeros sensibles que, a pesar de su atracción por el mismo, en muy pocas ocasiones llegaron a comprenderlo y adquirir un verdadero conocimiento, resultando casi más numerosos los detractores que aquéllos que descubrieron el verdadero tesoro espiritual que encierra el budismo y lo guardaron para su privacidad, quizás por temor a no ser comprendidos. Por esta razón, es muy difícil encontrar rastros de estas referencias, hasta ahora, solo al alcance de especialistas y eruditos.

Es una circunstancia paradojal que la inmediatez histórica de este fenómeno -la llegada del budismo a España, unido a las peculiaridades, prácticamente únicas, que caracterizan estas creencias- haya supuesto una dificultad para ordenar metodológicamente aquellas circunstancias que permitieron que una tradición religiosa exótica y desconocida, ajena por completo a nuestra cultura, arraigara y se extendiera con tan increíble rapidez, no solamente entre aquellas personas con inquietudes espirituales y sentimiento de búsqueda, sino en infinidad de ámbitos que trascienden el campo de lo estrictamente religioso.

Este factor de contemporaneidad de su llegada a nuestra sociedad, ha supuesto la ausencia de una verdadera y fidedigna fuente histórica donde recurrir para encontrar datos suficientes que permitieran describir una panorámica completa de su evolución desde los momentos iniciales hasta su realidad actual. Por esta razón, el Profesor Díez de Velasco, gracias a su formación de investigador y sociólogo, ha podido desarrollar un auténtico trabajo de campo, alejado de los medios documentales que suelen ser las fuentes de información habituales en este tipo de investigaciones; se ha visto obligado a viajar y visitar, prácticamente, todos y cada uno de los numerosos lugares que, hoy en día, sirven de centros de estudio, oración y retiro de las distintas tradiciones budistas. Además, para establecer una cronografía de su desarrollo, ha sido preciso localizar y establecer contactos personales con los actores principales de los inicios, personas que en su día fueron los precursores de lo que hoy son centros consolidados con una trayectoria de décadas y que sirven de lugares de encuentro a centenares o miles, en algunos casos, de fieles. Algunos de estos pioneros son hoy personas de edad que se han retirado de la primera línea de acción y su localización ha supuesto un trabajo paciente y metódico para conseguir hilvanar, entre unas y otras entrevistas, el estudio y comprensión del universo budista.

En la obra queda perfectamente reflejada la situación jurídica en que se encuentra el budismo dentro del panorama religioso español y sus relaciones con los estamentos públicos. En una sociedad donde existe una religión mayoritaria que, por tradición e historia, está omnipresente en la vida socio-religiosa, y donde las religiones minoritarias prevalecientes -tradiciones con siglos de existencia en nuestra sociedad- a las que, hasta la promulgación dela Ley de Libertad Religiosa, no se les había reconocido sus derechos históricos, la aparición, casi espontánea, de una tradición religiosa ajena a nuestra cultura, la situaba, a pesar de su rápida expansión y elementos de visibilización tan notables como el autor detalla en el libro, entre la minoría de las minorías religiosas.

Se puede deducir de la lectura del capítulo II, las dificultades burocráticas que tuvieron que superar las distintas comunidades para su reconocimiento e inscripción y cómo, en un momento dado crucial para su evolución, decidieron constituir una federación que agrupase a las distintas tradiciones y que sirviera de interlocutor con el Estado, representándolas a todas en igualdad de condiciones. El trabajo continuo de esta federación a lo largo de los años, ha supuesto, entre otros logros, el reconocimiento del notorio arraigo por parte del Estado español, circunstancia que le capacita para poder, en un futuro no previsible por el momento, llegar a alcanzar acuerdos más importantes. Este paso supondría la posibilidad de conseguir el respeto que algunas tradiciones plantean para, por ejemplo, el tratamiento de los difuntos y otras necesidades implícitas a la práctica budista y que hoy chocan con las leyes vigentes del país.

Queda destacado con gran claridad y profusión de detalles, la gran variedad de formas en que ha llegado el budismo a nuestro país. Se suele dar la circunstancia de que aquellas personas que se afilian a alguno de las numerosas comunidades existentes, la mayoría de las veces atraídas por un maestro carismático, desconocen la verdadera panorámica del universo budista, ignorando, muchas veces, la existencia o las verdaderas características de otros grupos y tradiciones y, sobre todo, no desconociendo el modelo de las relaciones con la administración. Este hecho resta fuerza a la sociedad budista en su conjunto para conseguir futuros acuerdos que le permitan el perfecto reconocimiento de sus derechos. Por todas estas circunstancias, que el autor plantea unas veces con claridad y que en otras ocasiones solo insinúa, la lectura de esta obra es imprescindible dentro del ámbito budista, sobre todo para los responsables de las comunidades, que pueden obtener con su lectura una idea clara de la necesidad de una voz única, pero universal, en su relación con el Estado y que, de momento, sólo puede conseguirse de manera eficaz a través de la federación.

En el capítulo dedicado a los factores de visibilización, queda de manifiesto el fenómeno de la aceptación casi general de las ideas e imaginería budistas en el ámbito de la sociedad y su repercusión en infinidad de aspectos culturales, desde el lenguaje popular hasta los libros y cursos de autoayuda y de psicología aplicada, donde los autores utilizan términos y métodos que forman parte de la experiencia budista y que son la base de muchas enseñanzas tradicionales. Este hecho es considerado por el autor como una ventaja a favor del budismo que, salvo en algunos ambientes religiosos donde las creencias propias son muy cerradas y existe poca receptividad hacia lo extraño, ha sido bien recibido en todos los ámbitos, dando lugar a la aparición de algunos fenómenos sincréticos y, cómo algunos autores que aparecen en el libro con nombres propios, han dado lugar a un “bilingüismo” religioso de profunda significación espiritual. Sin embargo, Díez de Velasco señala, también con total lucidez, que esta difusión cultural fuera de los ambientes estrictamente religiosos presenta un alto riesgo de banalización, desvalorizando su verdadero contenido. Si bien queda de manifiesto que esta vulgarización, en principio, no es ofensiva para la infinita tolerancia budista, puede suponer un riesgo para la comprensión, por parte del profano, del verdadero y rico contenido espiritual del budismo, dándole una apariencia frívola y puramente folclórica. 

El libro es también una guía para todos aquéllos que deseen o necesiten conocer la localización de los centros por razones de tipo práctico o, simplemente por curiosidad, pues, como el autor señala, algunos pueden ser considerados de las construcciones budistas más importantes y bellas de todo Occidente y fuera de Asia y merecen una visita de carácter religioso o turístico, tanto por la belleza de su arquitectura y perfecta ambientación, como por su ubicación en lugares paradisíacos, en plena naturaleza, donde se han reproducido a la perfección ambientes que pueden trasladarnos a lugares exóticos como Japón, Bután o el Tibet. 

Igualmente, podemos encontrar una guía completa de la inmensa bibliografía budista, tanto de los numerosos libros publicados cómo de las revistas especializadas. Así mismo, se encontrará una referencia a los escritos de intelectuales españoles que, en diferentes tesis, han recurrido a los temas budistas en sus trabajos para señalar las coincidencias entre su profunda y compleja filosofía y algunas proposiciones del pensamiento occidental y los nuevos conceptos de la física moderna en cuanto a la concepción del mundo y la interpretación subjetiva de la realidad que nos rodea.

Termina el libro con una profunda reflexión del autor, que puede resultar un aviso a navegantes, sobre el futuro de las identidades budistas en Occidente. Podría decirse que la obra se cierra enlazando con el principio, como si de un círculo perfecto se tratara. Si el budismo por su gran tolerancia y falta de dogmatismo, ha ido adquiriendo diferentes formas a través de los siglos, adaptándose a los lugares donde fue llegando, fundiéndose con las culturas imperantes en cada sociedad, en Occidente corre un grave peligro. Hasta ahora, el budismo cambiaba de forma exterior, de manifestación, de imagen, incluso con pequeñas diferencias en la interpretación de los textos canónicos, pero siempre conservando su esencia primordial, el refugio en las Tres Joyas y su único y verdadero mensaje, que lo ha diferenciado de todas las tradiciones religiosas existentes; pero aquí, en nuestra potente y soberbia cultura occidental, que todo lo fagocita y transforma, se pregunta el autor si, con el tiempo, serían desalojados de su contexto, los principales actores de la vieja tradición, el Buda y la Sanga.

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