Las relaciones entre la religión y el poder han marcado profundamente la historia contemporánea de España y de sus naciones vecinas. Los procesos de secularización y, en particular, la consolidación de la pluralidad religiosa como uno de los valores definitorios de la sociedad europea contemporánea, no pueden entenderse sin tener en cuenta el estudio de las diferentes recomposiciones religiosas que han tenido lugar a lo largo de los últimos tres siglos (Louzao Villar, 2008). Este es precisamente el objetivo principal de la obra “Religión y poder en España y la Europa del Sur. Discursos, movilización y conflicto político-religioso”: profundizar en el conocimiento de las diversas interacciones que han existido entre el ámbito religioso y el político, y cómo estas se encuentran insertadas en complejas dinámicas y transformaciones socioculturales.
La obra está dividida en tres grandes secciones que, a su vez, han sido estructuradas siguiendo un criterio doble: temático y cronológico. La primera sección abarca el estudio de la relación entre “las realidades internas” y “las percepciones externas” que marcaron la “época del primer liberalismo” (capítulos de 1-5). Por su parte, la segunda sección aborda el concepto de “libertad religiosa” y la correspondiente respuesta de “violencia sacra” en un momento fuertemente marcado por el contexto europeo de “lucha cultural” (capítulos 6-8). Por último, la tercera sección analiza la importancia de las medidas secularizadoras llevadas a cabo por sendos gobiernos republicanos en Portugal (1910-1914) y España (1931-1936), así como el impacto que éstas tuvieron en grupos sociales específicos (las mujeres, el clero).
El libro tiene un claro deseo de abordar las realidades comunes al sur de Europa (espacio que se define desde una matriz “latina”, es decir, incluyendo a Francia y excluyendo a Grecia). A pesar de ello, la cronología denota la preeminencia de la realidad española y, en concreto, de los momentos de radicalismo político que contribuyeron repensar la relación existente entre religión y poder (1820-23, Trienio Liberal; 1868-1874, La Revolución Gloriosa y I República; 1931-1936, II República). A pesar de ello, y de responder a cronologías en parte distintas, los países del sur europeo sí están presentes en la obra. En efecto, el libro cuenta con relevantes apartados dedicados al caso portugués, italiano y francés (capítulos 9, 8, y 1 respectivamente).
Este es uno de los grandes aciertos de este volumen: la apuesta por incluir la religión como un vector desde el que enfocar el estudio del ámbito del sur europeo, dado que esta temática ha sido generalmente excluida de importantes esfuerzos historiográficos en dicho contexto espacial (Granadino et. al, 2021). Sin embargo, la perspectiva transnacional es fundamental para comprender con verdadera profundidad y complejidad el papel que ha desempeñado (y que continúa desempeñando) la religión en las sociedades contemporáneas (Green y Viaene 2012; Rodríguez Lago y Núñez Bargueño, 2021). Y, aunque este volumen no aborde dicha perspectiva de manera exhaustiva, sí que se ofrecen interesantes pistas desde las que comenzar a abarcar la historia cruzada de los hechos religiosos en la Europa del sur, lo que confirma la importancia de llevar a cabo estudios al respecto que aborden esta región de manera más sistemática.
No obstante, aunque la perspectiva transnacional sea fundamental para avanzar en nuestra comprensión de los hechos religiosos, ello no quiere decir que deban abandonarse otras escalas territoriales de estudio. Esto es precisamente lo que demuestran los textos de Sofía Rodríguez Serrador y María Concepción del Olmo sobre Valladolid y las diócesis castellanoleonesas (capítulos 11 y 12). Ambos trabajos confirman la necesidad, y el profundo interés, de continuar líneas de estudio más circunscritas. Los estudios regionales y diocesanos nos ayudan a matizar importantes narrativas e imaginarios como, por ejemplo, la existencia de una “Castilla fuertemente anclada en la catolicidad” (p. 242) o el hecho de que las católicas también contribuyeron, aunque desde un contexto conservador, a la importante “reivindicación de un papel social femenino más importante” en los primeros años de la década de los años treinta (p. 220).
No menos significativo es la apuesta que hace este trabajo por defender la importancia de ilustrar “una realidad eclesial bien diferente de la imagen monolítica” (p. 1) que ha seguido persistiendo tanto en el ámbito académico como en los debates sociales. Como afirma Marcos del Olmo, a la hora de matizar una cantidad importante de tópicos es imprescindible reconocer la diversidad que ha caracterizado este fenómeno a lo largo de su historia. Para ello es útil abordar el mundo religioso aprovechando los aportes realizados por perspectivas historiográficas novedosas (sociales, culturales). Es por ello que, entre otros aspectos, se agradece la inclusión de trabajos efectuados por grandes hispanistas franceses como Gérard Dufour (capítulo 1), Elisabel Larriba (capítulo 2) y Solange Hibbs (junto a Ramón Maruri Villanueva, capítulo 7), cuyas propuestas se encuentran en gran sintonía con las importantes aportaciones también realizadas por otros grandes conocedores del tema tales como Alfonso Botti. Además, se agradece el deseo de mantener un diálogo conceptual, por ejemplo, con la tesis de feminización religiosa (capítulo 11), o la idea de “santa crueldad” (capítulo 3) y, sobre todo, la propuesta epistemológica realizada por Ángel Luís López Villaverde y César Rina (capítulo 10). Estos historiadores proponen el concepto de “cultura ritual de la multitud” para renovar nuestro conocimiento de “las movilizaciones polarizadas” que caracterizaron el periodo finisecular y de principios de siglo XX. El concepto es particularmente útil a la hora de comprender la existencia de situaciones particularmente paradójicas como, por ejemplo, aquellas en las que “símbolos religiosos podían ser respetados o atacados por las mismas personas” (p. 181, 183).
Asimismo, y a pesar de la gran diversidad comentada en los párrafos anteriores, la lectura de este volumen aporta una serie de líneas comunes que contribuyen a crear una importante sensación de conjunto. La reaparición de temáticas tales como las tensiones existentes entre unidad religiosa y pluralidad de cultos, entre libertad y censura, clericalismo y anticlericalismo, aliados y adversarios (internos y externos), la violencia física y simbólica en diferentes lugares del continente y contextos históricos nos indica la importancia de una serie de fenómenos que han moldeado la historia común de estas naciones desde principios de siglo XIX hasta nuestros días.
Obras citadas:
- Clark Christopher, Kaiser Wolfram, (eds.) (2003), Culture wars: secular-catholic conflict in nineteenth-century Europe, Cambridge University Press.
- Granadino, A., Karamouzi, E., & Kullaa, R. (2021), “Rethinking Southern Europe: Society, Networks and Politics”, Contemporary European History, 30(3), 439-448.
- Green Abigail, Viaene Vincent, (eds.) (2012). Religious internationals in the modern world: globalization and faith communities since 1750, Palgrave Macmillan, Basingstoke.
- Louzao Villar, J. (2008), “La recomposición religiosa en la modernidad: un marco conceptual para comprender el enfrentamiento entre laicidad y confesionalidad en la España contemporánea”, Hispania Sacra, 60(121), 331–354.
- Ramón Rodríguez Lago, José y Nuñez Bargueño, Natalia (coords.) (2021) Mas allá de los nacionalcatolicismos. Redes transnacionales de los catolicismos hispánicos, Sílex.