URRUTIA ASUA, Gorka, RUIZ VIEYTEZ, Eduardo, MARTÍNEZ DE BRINGAS, Asier (2020): Diversidad religiosa y participación. Prácticas y claves de su gestión en entornos urbanos, Bilbao, Ediciones Deusto

Por José Ignacio Urquijo Valdivielso
Universidad San Pablo CEU

URRUTIA ASUA, Gorka, RUIZ VIEYTEZ, Eduardo, MARTÍNEZ DE BRINGAS, Asier (2020): Diversidad religiosa y participación. Prácticas y claves de su gestión en entornos urbanos, Bilbao, Ediciones Deusto
19 de Abril de 2022

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Los autores, en la presentación del libro, parten del marco del proyecto «Ciudades, diversidad religiosa y participación: políticas comparadas en espacios urbanos», financiado por la Fundación Pluralismo y Convivencia. Y quieren exponer algunos de los principales aspectos de la gestión de esta diversidad religiosa en los entornos urbanos. Tienen como objetivo dar orientaciones e insumos para la gestión pública de la diversidad religiosa en dichos entornos y, sobre todo, con relación a la participación de representantes de las confesiones presentes en esos territorios.

Las libertades, entre ellas la ideológica y religiosa, son derechos humanos que, en general, se regulan en los niveles internacionales y estatales; por ello es muy poco lo que se ha regulado y desarrollado en los ámbitos locales, los más cercanos al ciudadano. Sin embargo, hoy día son bastantes las iniciativas sobre esta materia que se desarrollan en el ámbito municipal. Pero es claro que hay un desconocimiento normativo/competencial que genera una brecha entre el nivel estatal o autonómico y el local debido a que la gestión se realiza, mayoritariamente entre el Estado y las confesiones. Pero hay una serie de materias principales que afectan a la gestión de la diversidad religiosa en el marco competencial de los Ayuntamientos que son: la Información y atención, los diversos e importantes servicios que se prestan y la participación ciudadana. Por ello en el libro se quieren mostrar los elementos más relevantes en materia de la gestión pública de la diversidad religiosa en entornos urbanos, las carencias que puede haber en este ámbito, y algunas recomendaciones que ayuden a la gestión de la diversidad religiosa.

Tras esta presentación los autores tratan cuatro puntos más que son: la diversidad religiosa y gestión pública, los municipios y los ámbitos de intervención en materia de diversidad religiosa, los ámbitos de relevancia para la gestión positiva de la diversidad religiosa en la esfera municipal, y la participación y gestión de la diversidad religiosa: prácticas y formatos posibles.

En el segundo capítulo, Diversidad religiosa y gestión pública, los autores reflexionan cómo en los pueblos y ciudades hay, cada vez más, una diversidad de grupos sociales o culturales, entre ellos los de inspiración religiosa, que tienen un crecimiento importante y son muy relevantes a la hora de las relaciones entre las personas y con las instituciones públicas y también con el ámbito del espacio público de pueblos y ciudades. Cada vez son más las gestiones de política pública que tienen como objetivo la convivencia en la diversidad de grupos, tanto con adscripción religiosa como sin ella. Las políticas públicas de los municipios (además de los grandes principios constitucionales y las políticas estatales) son fundamentales para, con su legítima autonomía, ejercer un amplio conjunto de competencias tanto de carácter normativo como ejecutivo en este ámbito de la libertad de religión y la no discriminación por motivos religiosos. También hay múltiples campos donde los municipios están llamados hoy día a actuar. Estos ámbitos giran en torno a la diversidad de los conceptos de familia, las festividades laborales, los signos religiosos en los espacios públicos, la homologación pública de centros religiosos que ejercen actividades educativas o sanitarias, así como la cuestión, muy importante, de la regulación de las normas mortuorias sobre el enterramiento en los cementerios. Por último, Urrutia, Ruiz y Martínez de Bringas destacan también las cuestiones de los equipamientos religiosos y el uso de los espacios públicos para la expresión religiosa.

Los municipios y los ámbitos de intervención en materia de diversidad religiosa es el tercer capítulo, en el que se recoge que desde las corporaciones municipales se prestan servicios que inciden de manera directa en el ejercicio de la libertad religiosa, y por ello deberán ser tenidos en cuenta para gestionar de forma más eficaz esos servicios que son competencia de los ayuntamientos. Dividen los autores estos servicios en función de su relación directa o indirecta en el ejercicio de la libertad religiosa. En primer lugar, los servicios que inciden directamente en el ejercicio de la libertad religiosa y de culto son: la normativa local sobre licencias urbanísticas (construcción y rehabilitación de lugares de culto), la normativa sobre Cementerios y servicios funerarios y la regulación y gestión del dominio público local (bienes adscritos al uso o servicio público). En segundo lugar, una serie de servicios que, aunque no están directamente implicados en la cuestión religiosa, se ven afectados por la presencia del elemento religioso, que abarcan cuatro ámbitos muy importantes, y que pueden mejorar la realidad de esos grupos religiosos, que son: lo servicios sociales, la seguridad y el orden público, las instalaciones culturales y deportivas, así como todo lo que atañe a las actividades de ocio, culturales y deportivas, así como la protección del patrimonio y la repercusión turística de las actividades religiosas. Y por último el reconocimiento de las entidades religiosas y su participación en el municipio y la participación, a su vez, de las autoridades municipales en la actividad de los grupos y entidades religiosas. Finalizan el capítulo resaltando que ya hay muchos municipios que van incorporando estas cuestiones en sus políticas y acciones concretas pero que aún no lo han hecho, bien por desconocimiento de la diversidad religiosa existente en su ámbito o por las limitaciones de la organización municipal o de las competencias concretas que en este ámbito pueden adoptar.

En el capítulo cuarto, Ámbitos de relevancia para la gestión positiva de la diversidad religiosa en la esfera municipal, se analizan cuatro puntos muy interesantes. El primero es el conocimiento de la pluralidad religiosa, este conocimiento es fundamental para facilitar la gestión pública de la diversidad religiosa, pues es necesario conocer cuál es la implantación de comunidades religiosas en el municipio, así como tener los datos suficientes sobre la composición socio-religiosa de la población existente. Algunas fórmulas que se pueden hacer son: mediante la confección de un mapa sociológico de la implantación de las confesiones (individual y comunitariamente), también con la elaboración de un registro de las comunidades religiosas y sus dirigentes; y por último con el desarrollo de actividades de carácter formativo en materia de diversidad Religiosa.

El segundo punto es la interlocución y colaboración entre la administración y las entidades religiosas. Se explica como el primer paso para lograr una eficaz interlocución y colaboración entre el ayuntamiento y las comunidades religiosas es la identificación de las personas responsables, tanto en el ámbito de la administración como de las entidades religiosas, para estas cuestiones. Siendo las medidas colaborativas que se tomen de un carácter integral, buscando convenios de colaboración entre la corporación municipal y las entidades religiosas. Además, otro ámbito de colaboración, o más bien de reconocimiento institucional, es aquel que proviene de la asistencia y participación en actividades o celebraciones públicas o religiosas, siendo esta participación recíproca. También hay otro ámbito de colaboración que contribuye a la convivencia. Es lograr el establecimiento de un mecanismo de mediación y resolución de conflictos entre la administración pública y las entidades religiosas, de tal manera que se puedan gestionar situaciones conflictivas entre la ciudadanía que estén vinculadas a cuestiones de carácter religioso.

El uso de espacios públicos o de titularidad pública es el tercer punto que desarrollan los autores, que indican cómo una de las cuestiones más habituales que surgen es la de la utilización del uso del espacio público o de titularidad pública, esto se da sobre todo en las confesiones religiosas minoritarias o de reciente implantación. La necesidad, en determinados momentos, de espacios más amplios hace que las distintas confesiones generen solicitudes para la cesión de espacios. Ante esto hay variadas medidas que se pueden tomar: creación de protocolos generales de uso de los espacios públicos, información adecuada de las condiciones y requisitos de uso y la elaboración de criterios para los usos generales o actividades regulares como para usos excepcionales de mayor afluencia de usuarios.

El cuarto punto de este capítulo es la información y formación, los autores ven como cuestión relevante para una correcta gestión de la diversidad religiosa el tener información básica de todas las confesiones que están implantadas en el ámbito municipal. Y esto es relevante porque en una mayoría de municipios la ciudadanía en general y también el personal de la administración desconocen esa información básica sobre las distintas entidades religiosas que forman parte del municipio. Y esto hace muy necesario el diseño y puesta en marcha de formaciones sobre cómo se debe gestionar la diversidad religiosa y la convivencia ciudadana. En esta formación es esencial todo lo referente al conocimiento de las festividades religiosas, las prácticas religiosas y días de descanso. Tener un calendario de festividades de cada una de las confesiones permitiría implementar medidas de flexibilización en aquellos casos en que sea necesario acomodar festividades u horarios culto. No olvidan los autores que también es importante que se disponga información básica sobre la normativa referente a la libertad de religión y de culto. Además, respecto a la información y la formación, ven muy necesario tener en consideración acciones que lleven a atajar posibles estereotipos y prejuicios existentes sobre las religiones minoritarias y la diversidad religiosa en general. Ya que hay muchas casuísticas relacionadas con el ámbito sociolaboral, y la generación de estereotipos y prejuicios con relación a determinadas demandas provenientes de la diversidad religiosa.

En el quinto capítulo, Participación y gestión de la diversidad religiosa: prácticas y formatos posibles, se destaca cómo la pluralidad religiosa en los pueblos y ciudades es cada vez más visible, así como los cambios sociales de los últimos años que generan diversidad de situaciones en lo referente al ejercicio de la libertad religiosa. Y esto hace que se planteen también diversas demandas y necesidades que necesitan de la actuación de la gestión pública.  El surgimiento y la creación de espacios multi o plurireligiosos es una de esas formas posibles, tal como se está haciendo en otros lugares de nuestro entorno. También de interés para este documento son las prácticas ubicadas en torno a la gestión pública y todo lo que atañe al ámbito municipal; resaltando aquellas que son impulsadas o lideradas por instituciones públicas locales, como son las mesas de participación y los consejos consultivos. Las mesas de participación pueden ser espacios para el intercambio de información de interés bidireccional entre la administración pública y las confesiones: información de servicios municipales por un lado y de necesidades de las confesiones religiosas por el otro. Respecto de los consejos consultivos, tendrían una finalidad más orientada a la asesoría sobre múltiples aspectos concretos que puedan surgir.

Finalizan Urrutia, Ruiz y Martínez de Bringas con el punto Pasos para la puesta en marcha de un espacio de participación, donde recapitulan con brevedad y escriben que lo primero a plantearse es qué tipo de espacio de participación se requiere, y que este enfoque está encaminado a facilitar la creación de un espacio participativo de las diferentes confesiones religiosas que están implantadas en el municipio. Para conseguir ese objetivo hay que desarrollar varios pasos consecutivos. En primer lugar, recabar información y conocimiento de la realidad socio religiosa del municipio. Después, cuando ya se conoce esta realidad, hay que plantease ofrecer un espacio de participación donde las distintas sensibilidades sociales vinculadas a la libertad de conciencia y de religión traten las cuestiones relacionadas con la gestión pública de la diversidad religiosa, y sus necesidades y demandas específicas nacidas de su realidad concreta. Y, por último, incorporar un nivel adicional desde el que llegar al público en general, contribuyendo así a visibilizar esta realidad en la ciudadanía.

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