VIDAL GALLARDO, Mercedes (2019): Derecho y gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, Madrid, Dykinson

Por Oscar Celador Angón
Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universidad Carlos III de Madrid

VIDAL GALLARDO, Mercedes (2019): Derecho y gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, Madrid, Dykinson
02 de Julio de 2019

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La publicación de la monografía Derecho y gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, por parte de la profesora Vidal Gallardo supone una noticia excelente para los estudiosos del Derecho público en general, y de Derecho Eclesiástico del Estado en particular. La gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, y la consecuente integración de los miembros de las minorías culturales, étnicas y religiosas es un objetivo estratégico tanto para la Unión Europea como para nuestro país. Baste señalar, por lo que se refiere a nuestra realidad, que, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, la presión migratoria que experimentó nuestro país desde finales de la década de 2000 se tradujo en que los inmigrantes formasen el 12.2% de la población española en 2011; y pese a que la inmigración ha venido reduciéndose desde entonces, en 2017 la población inmigrante representó el 9.8% de la población nacional.

La integración de las minorías culturales, étnicas y religiosas es un reto al que se enfrenta la Unión Europea, tanto desde la perspectiva institucional cuanto desde las realidades nacionales que la integran. La mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea tienen una larga tradición en el diseño de políticas favorecedoras de la integración de las minorías religiosas, especialmente cuando se trata de población inmigrante. Sin embargo, las políticas de integración están fracasando debido a una serie de factores, entre los que destacan: las altas tasas de desempleo y el bajo nivel de cualificación que presentan en numerosos supuestos los miembros de las minorías religiosas de origen inmigrante. El fracaso de esas políticas de integración resulta especialmente preocupante al ir acompañada del incremento de la discriminación, la xenofobia y los conflictos políticos y sociales.

La integración de las minorías culturales, étnicas y religiosas es, pues, un objetivo estratégico tanto para la Unión Europea como para nuestro país. Y en este contexto es muy relevante conseguir desarrollar una adecuada regulación y gestión de la diversidad cultural y religiosa, pues de ello depende que el inmigrante sea percibido (y se auto perciba) como un miembro valioso para la sociedad y se hagan valer los principios que ordenan la convivencia democrática. No se trata de un reto baladí, y su complejidad se incrementa en función de grado de multiculturalidad que tiene la sociedad. La integración de la población inmigrante requiere que sus integrantes puedan ejercer, entre otros, sus derechos de libertad de pensamiento, conciencia y religión, en la medida en la que con ello no colisionen con el orden público y los principios que ordenan la convivencia.

La obra de la profesora Vidal analiza y explica los mecanismos diseñados para que los poderes públicos gestionen la diversidad cultural, étnica y religiosa, en contextos de especial relevancia como, por ejemplo, la educación, la sanidad, el urbanismo o ámbitos como el relativo a la violencia de género o las prácticas atentatorias contra la dignidad de la mujer. La principal virtud que presenta el excelente trabajo de la profesora Vidal es que éste, por una parte, ofrece una perspectiva tanto teórica como práctica relacionada con los diferentes terrenos en los que las administraciones públicas gestionan la diversidad cultural, étnica y religiosa; por la otra, la obra permite al lector conocer tanto los diferentes sectores hacía los que se dirigen las actuaciones específicas de las administraciones públicas, como obtener una visión global de la gestión pública de la diversidad cultural, étnica y religiosa; y por última, nos encontramos frente a manual que, como señala la profesora Vidal, pretende “servir de referencia al alumno en el proceso de aprendizaje de la forma en que se está llevando a cabo la gestión de la diversidad en sus distintos planos de actuación, contribuyendo a su formación jurídica. También al profesional y al personal de la administración le proporciona un conocimiento transversal del tema y le ofrece los instrumentos jurídicos para la tramitación/resolución de los asuntos que sean de su competencia”.

A partir de este planteamiento, la profesora Vidal divide su estudio en 9 partes o capítulos: la gestión de la diversidad cultural, étnica y  religiosa; la diversidad identitaria en los ordenamientos democráticos; gestión de la diversidad y educación;  gestión de la diversidad frente a tradiciones, ritos y costumbres, con especial referencia a prácticas culturales perjudiciales para la mujer; gestión de la diversidad en el ámbito de la sanidad; la gestión de la diversidad y alimentación; gestión de la diversidad y urbanismo; y la gestión de la diversidad en la esfera laboral. El esquema de la obra merece ser calificado como excelente, pues, a partir de un planteamiento genérico que toma como punto de partida la determinación del alcance y contenido de la diversidad cultural, étnica, religiosa e identitaria, la autora centra su estudio en aspectos concretos sobre los que se proyecta dicha realidad, y más concretamente en el terreno de la educación, las tradiciones, ritos y costumbres, la sanidad, la alimentación, el urbanismo y las relaciones laborales. De esta manera, pasando de lo general a lo específico, la obra nos presenta de forma completa los diferentes terrenos sobre los que se proyecta la gestión de la diversidad en el siglo XXI.

El planteamiento sistemático de los temas que ofrece la monografía y el diseño interno de los diferentes capítulos es brillante, ya que la profesora Vidal sigue un esquema de trabajo que permite al lector seguir su estudio de una forma clara y precisa, primero con un epígrafe que permite, a modo de planteamiento, contextualizar cada una de las temáticas en nuestro ordenamiento jurídico; a continuación la autora desarrolla los diferentes temas, tanto desde la perspectiva teórica y doctrinal como desde su vertiente práctica; y remata cada capítulo con una serie de actividades complementarias dirigidas a mejorar el aprendizaje de los estudiosos de la gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, así como con bibliografía actualizada de enorme interés.

Una de las partes más interesantes de la monografía es la que se dedica a ofrecer una definición de minoría cultural, étnica y religiosa. Se trata de una labor compleja, pues, como señala a la autora, no hay ninguna norma jurídica internacional de carácter universal que aporte una definición estricta del concepto de minoría, por lo que la autora utiliza como marco de referencia el artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, el cual señala que: “en los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el derecho que les corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propio idioma”. De esta manera, pese a la ausencia de una definición expresa de minoría, queda claro la necesidad de garantizar una serie de derechos humanos a estos colectivos, entre los que se incluyen sus derechos a la cultura, a la libertad religiosa y al uso de la propia lengua.

En este contexto, la autora aborda debates e intenta dar respuesta a cuestiones complejas como, por ejemplo, cuál es la función del derecho ante la interculturalidad, donde afirma de forma acertada que: “el papel del Derecho es garantizar el respeto de los derechos humanos de todas las personas y estos derechos, que son los mismos para todos, tienen que poder ser ejercidos a través de la identidad de cada persona y no a pesar de ella. No se trata de defender que las minorías o los inmigrantes, en definitiva “los diferentes”, tengan unos derechos especiales o específicos que merecen por ser tales. Muy al contrario, se trata de interiorizar las diferencias de tales colectivos en el disfrute pleno de los derechos que les corresponden a todos. Ni los miembros de las minorías deben tener más derechos que los demás, ni los de las mayorías deben tener menos derechos. Lo que debe adaptarse es el modo en que estos derechos se ejercitan, se disfrutan. Precisamente ahí es donde debe ser considerada la identidad de cada persona y donde deben producirse necesariamente diferencias de trato” (p. 20).  A partir de este planteamiento, la profesora Vidal propone un modelo en el cual se garanticen los mismos derechos a todos los individuos, con indiferencia de que pertenezcan a una mayoría o a una minoría, pues lo importante es conseguir la igualdad en el ejercicio y titularidad de los derechos humanos, lo cual puede requerir, en la medida en la que sea necesario la remoción de los obstáculos que impiden su pleno ejercicio a determinados colectivos, que los poderes públicos opten por tratamientos diferenciados, pero exclusivamente en la medida en la que sea necesario para la consecución de la igualdad real y efectiva de todos los individuos.

El capítulo dedicado a la gestión de la diversidad frente a tradiciones, ritos y costumbres (capítulo IV) es, en mi opinión, el que mejor ilustra la enorme actualidad e interés de la monografía de la profesora Vida, pues en el mismo se analizan de forma clara y sistemática una serie de prácticas culturales perjudiciales para la mujer, como la mutilación genital como lesión no consentida y el matrimonio forzado en cuanto una forma de violencia que se ejerce sobre la mujer. En este contexto, la autora estudia y analiza de forma sobresaliente la doctrina sobre la materia, la legislación (internacional, nacional y autonómica), y la principal jurisprudencia en este ámbito. La sistemática utilizada en el resto de los capítulos monográficos (educación, sanidad, alimentación, urbanismo y relaciones laborales) es el mismo, de forma que, a partir de un planteamiento general que permite contextualizar la temática en nuestro ordenamiento jurídico, se analiza el marco jurídico de referencia, y se presentan los principales debates jurídicos en torno a la gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa.

En resumen, estamos ante una obra excepcional, que sin lugar a dudas constituye un trabajo de lectura obligatoria para los estudiosos del Derecho que quieren conocer cómo se está articulando la gestión de la diversidad cultural, étnica y religiosa, en nuestro ordenamiento jurídico. Se trata de una monografía que constituye una aportación muy valiosa para los estudiosos del Derecho público, que agota la materia objeto de análisis y estudio de forma sistemática y coherente, por lo que recomendamos su lectura y felicitamos a la autora.

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