Dificultades y retos para la cuantificación de las minorías religiosas en España

Cuestiones de pluralismo, Volumen 2, Número 1 (1er Semestre 2022)
31 de Enero de 2022
DOI: https://doi.org/10.58428/BBFH7423

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Por Jacobo Muñoz-Comet

En las últimas décadas los creyentes de una confesión religiosa distinta a la católica han aumentado en nuestro país. Sin embargo, la escasez de datos estadísticos dificulta la cuantificación de este colectivo. Se discuten los principales problemas y algunas soluciones para medir y analizar a las religiones minoritarias en España.


Hace un tiempo me encargaron estudiar el porcentaje que las minorías religiosas —es decir, aquellas personas que profesan una religión distinta a la católica— representan en la sociedad española y su evolución en los últimos años. En un primer momento pensé que la tarea sería rápida. Bastaría con consultar los datos disponibles en algún organismo público con información al respecto. Pero al empezar a revisar las estadísticas existentes me di cuenta de que el trabajo de cuantificar a este colectivo sería más complicado de lo previsto. Más aún describir las características de las minorías religiosas (sus perfiles sociodemográficos, sus actitudes y sus comportamientos) en comparación con las del resto de la población.

Mi primera consulta la centré en los barómetros mensuales que el CIS publica desde hace cuatro décadas. Ya en su primer barómetro de junio de 1979 se preguntaba por la creencia religiosa de los entrevistados, si bien desde entonces no todos los barómetros mensuales han recogido esta información y las opciones de respuesta han cambiado ligeramente. La pregunta formulada por el CIS a finales de los setenta del pasado siglo incluía seis posibles respuestas: “católico practicante”, “católico no practicante”, “otras religiones”, “no creyente”, “indiferente”, y “no contesta”. En el último barómetro disponible en el momento de escribir este artículo, el de diciembre de 2021, ante la misma pregunta relativa a cómo se define el entrevistado en materia religiosa, las opciones eran prácticamente las mismas: “católico/a practicante”, “católico/a no practicante”, “creyente de otra religión”, “agnóstico/a”, “indiferente, no creyente”, “ateo/a”, y “no contesta”. El principal cambio tras más de cuarenta años preguntando por esta cuestión es la unión de dos categorías en una y la incorporación de otras dos nuevas. Dentro del grupo de creyentes, la distinción entre católicos y resto de confesiones religiosas se mantiene intacta.

¿Qué dicen estos datos? En 1979 el 0,5% de los españoles declaraba ser creyente de una religión distinta a la católica frente al 2,6% registrado en diciembre de 2021. Aunque moderado, se aprecia un aumento de este colectivo en las últimas décadas, en buena parte impulsado por la conversión de España en un país receptor de inmigrantes desde finales de los noventa del pasado siglo (Astor y Griera, 2016). Según los datos de los barómetros del CIS, la cifra de creyentes de otra religión en nuestro país no es, en cualquier caso, estable en el corto tiempo. En noviembre de 2021 los creyentes de una confesión minoritaria alcanzaban el 2,2%, y justo en el mes anterior, el 3,2%. Los cambios erráticos en este colectivo no son infrecuentes en la serie histórica de la pregunta. La razón se debe al tamaño muestral del estudio, cuyo número total de entrevistados ronda en la actualidad las 3.700 observaciones y en el caso de las minorías religiosas alrededor de los 100 individuos. Este número es lo suficientemente pequeño para que la variación en la muestra de unos pocos individuos de una confesión religiosa distinta a la católica haga cambiar bruscamente el porcentaje de ese grupo. Pero el tamaño muestral que utiliza el CIS en sus barómetros no es pequeño, al contrario, tiene un tamaño similar al de otros estudios realizados por instituciones públicas y privadas de referencia. La clave está en que los barómetros están diseñados para estudiar a la población española en su conjunto, especialmente en todo lo relativo a las opiniones y actitudes de las personas que tienen derecho al voto en España, pero no a colectivos específicos de pequeño tamaño como el de las minorías religiosas.

Entonces, ¿cómo debemos interpretar los datos? ¿Las minorías religiosas en España han crecido en las últimas décadas o no? Conviene recordar que el análisis de unos cientos o miles de casos nos permite estudiar el conjunto de una población de millones de individuos (Martínez Pastor, 2019). Pero a esta afirmación debemos añadir, al menos, dos matices. El primero, que para poder inferir los resultados de la muestra al conjunto de la población la selección de la muestra ha de ser aleatoria. En segundo lugar, que los resultados de la muestra nos ofrecen una visión aproximada del universo que queremos estudiar. Por lo tanto, más que hablar de un porcentaje concreto, lo adecuado sería utilizar un margen de error y ofrecer una horquilla en vez de una sola cifra (Mezo, 2015). Cuando hacemos esto, la evolución errática de las minorías religiosas entre los barómetros mensuales del CIS deja de ser tan confusa.

Veamos como ejemplo los resultados de los tres últimos barómetros publicados en 2021. Como se indicaba más arriba, las personas con una confesión religiosa distinta a la católica suponían un 2,6% en diciembre, un 2,2% en noviembre y un 3,2% en octubre. Con un nivel de confianza del 95% (es decir, con una probabilidad del 95% de acertar lo que verdaderamente sucede en el conjunto de la población), podemos afirmar que el porcentaje de las minorías religiosas en España se encontraba entre el 2,45% y el 3,55% en diciembre, entre el 1,73% y el 2,76% en noviembre, y entre el 2,63% y el 3,77% en octubre. Aunque por poco, los intervalos de confianza en los distintos meses se solapan, con lo cual las diferencias entre esos tres barómetros no son estadísticamente significativas. En otras palabras, el porcentaje de las minorías religiosas en ese corto periodo de tiempo no ha cambiado. Si esto mismo lo repetimos comparando el primer barómetro del CIS con el último de 2021, encontramos que en 1979 el intervalo de confianza estaba entre 0,10% y el 0,90%. En este caso, sí que podemos afirmar que, según los datos del barómetro del CIS, el porcentaje de las minorías religiosas ha aumentado en España en las últimas cuatro décadas.

Disparidad de cifras en la cuantificación del colectivo

Pero como se decía más arriba, los barómetros del CIS no se han diseñado para estudiar a las minorías religiosas. Más allá de la información recabada por este tipo de estudios, contamos con otras fuentes de datos que nos permiten aproximarnos mejor al colectivo de personas con una confesión religiosa minoritaria. En esta línea destacarían aquellas investigaciones diseñadas explícitamente para estudiar la cuestión religiosa en profundidad. Este sería el caso del estudio sobre Religión que ha llevado a cabo el CIS en tres ocasiones (1998, 2008 y 2018) como encargo del convenio International Social Survey Program (ISSP). Se trata de una fuente de datos de gran potencial en la medida en que aborda numerosas cuestiones relacionadas con las creencias y las prácticas religiosas, no solo en la actualidad sino también durante la infancia de los entrevistados. En la última de sus ediciones, el estudio para el caso español contaba con 1.733 entrevistados. Según los datos de la última edición, las minorías religiosas en España representaban el 6,3% de la población española. O para ser más precisos y coherentes con todo lo anterior, entre un 5,16% y un 7,44% con un nivel de confianza del 95%. En los meses en los que se hizo el trabajo de campo del estudio sobre religión, los barómetros del CIS seguían recogiendo cifras parecidas a las actuales, en torno al 2,5%.

¿Cómo es posible que haya una diferencia tan grande entre las estimaciones de los barómetros mensuales y las del estudio sobre Religión? La principal explicación es que en los barómetros del CIS la población nacida en el extranjero está infrarrepresentada, principalmente por dos razones. La primera, porque los barómetros solo están dirigidos a personas con nacionalidad española (como se decía más arriba, están diseñados para estudiar a los que tienen derecho a voto en España, sobre todo en las elecciones generales). La segunda, porque la tasa de respuesta de los inmigrantes en las encuestas es sistemáticamente más baja que la del resto de la población. Esto se debe a la dificultad de localizar a este colectivo debido a su perfil sociodemográfico (hombres y jóvenes) y a su mayor movilidad residencial. La infrarrepresentación en los barómetros de la población procedente del extranjero, sobre todo de inmigrantes nacidos en países en los que predomina la creencia de una religión distinta a la católica, estará afectando directamente a la detección de las minorías religiosas. En el estudio sobre Religión, en cambio, sí que se incluye en su muestra a toda la población residente en España con independencia de la nacionalidad. Y pese a todo, en este estudio existe una ligera infrarrepresentación de la población inmigrante. El porcentaje se estima en un 12,6%, cuando en el Padrón Continuo se recoge que los nacidos en el extranjero eran un 13,7% para el mismo año del estudio.

¿Qué nos dicen los datos del estudio sobre Religión sobre las minorías religiosas? Una cuestión importante es que en esta encuesta se pregunta a los que declaran ser “creyentes de otra religión” a qué confesión pertenecen. En la edición de 2018 se recogían hasta seis confesiones distintas: musulmana, testigo de Jehová, protestante, cristiana metafísica, iglesia espiritualista y budista. Lo problemático de esta información, como ya venimos explicando en este artículo, es que a esta pregunta únicamente han respondido los 109 entrevistados que marcaron la opción “creyente de otra confesión”. El número de entrevistados continúa siendo demasiado bajo para tener una idea clara del peso que tiene cada confesión minoritaria en la población española y, por supuesto, para analizar con más detalle las características de estos grupos por separado. Valga como ejemplo el caso de los musulmanes, la minoría religiosa más grande en España después de los protestantes, cuyo número en la encuesta asciende a 29 entrevistados (el 1,7% del total). Con una muestra tan pequeña, cualquier análisis desagregado dentro de este grupo nos dará unos intervalos de confianza excesivamente grandes. Por ejemplo, podemos decir con un nivel de confianza del 95% que el porcentaje de mujeres dentro del colectivo musulmán en España se encuentra entre el 29% y el 66%. Este dato es muy poco informativo si el objetivo es conocer mejor a la comunidad musulmana en nuestro país.

Propuestas para la cuantificación y análisis de las minorías religiosas

Al margen de los datos del CIS, existen otros estudios internacionales que abordan la cuestión religiosa con mayor o menor profundidad y que podrían servirnos para tratar de cuantificar a las minorías religiosas. Es el caso de la European Social Survey (en España llevada a cabo por el CIS) o del European Values Study. Pero con estas fuentes nos encontramos con el mismo problema que el descrito hasta ahora, que el tamaño de las muestras es demasiado pequeño para analizar a un colectivo tan específico como el de las minorías religiosas. Llegados a este punto, nos podemos preguntar qué opciones nos quedan para alcanzar una mejor comprensión de este fenómeno tan escurridizo. En este artículo se proponen al menos dos estrategias para la cuantificación y el análisis de las minorías religiosas.

La primera de ellas continúa basándose en el uso de los datos ya existentes. Una manera de trabajar con muestras más grandes que nos permitan analizar las minorías religiosas es unir varios ficheros de datos de una misma fuente. Si esto lo lleváramos a cabo con los barómetros del CIS, la fusión de los estudios de todo un año nos permitiría trabajar con una muestra de personas que declaran pertenecer a una religión distinta a la católica próxima a los 1.000 entrevistados. Como ya se ha indicado antes, el uso de los barómetros del CIS plantea el problema de que el estudio solo está dirigido a las personas de nacionalidad española. Pero incluso si asumiéramos la importante pérdida que supone dejar fuera de nuestro análisis a la población extranjera, datos como los del barómetro siguen planteando al menos dos limitaciones. La primera es que si el objetivo es ser más precisos en la cuantificación de las minorías religiosas en nuestro país, la fusión de varios ficheros no nos resuelve nada. Con una muestra más grande los intervalos de confianza serían más pequeños, pero el porcentaje continuaría rondando el 3%, cifra infraestimada por varios motivos como ya sabemos. La segunda limitación es que a los creyentes de otra religión no se les pregunta por su confesión concreta, de modo que los análisis se centrarían en un colectivo cuanto menos heterogéneo. Por otra parte, la información disponible para cruzar con el grupo de minorías religiosas sería únicamente aquella que se repite en todos los barómetros, algo limitado y ceñido a características de tipo sociodemográfico (edad, sexo, nivel educativo, situación laboral, etc.). En cualquier caso, y teniendo en cuenta las dificultades para profundizar en este fenómeno, tampoco sería desdeñable explorar las diferencias que presentan las personas de una confesión distinta a la católica (y de nacionalidad española) con respecto al resto de la población.

La segunda estrategia para cuantificar y analizar a las minorías religiosas en nuestro país consiste en el diseño de una encuesta ad hoc. Pero un proyecto de esta naturaleza no está exento de dificultades metodológicas. En la medida en que no existe un censo con la confesión religiosa de las personas que residen en España, conseguir una muestra aleatoria de la población objeto de estudio resulta complicado. Sería tentador recurrir a asociaciones de confesiones religiosas minoritarias que nos permitieran el acceso a este colectivo, pero hacerlo implicaría dejar fuera a determinados perfiles e incurrir en sesgos que impedirían conocer la realidad del fenómeno. Una posible solución consistiría en trabajar con dos muestras representativas, una de ellas compuesta por población nacida en España y la otra por población nacida en el extranjero. Según el estudio sobre Religión del CIS, el 75% de los que declaran ser creyentes de otra religión ha nacido fuera de nuestro país. Analizar la cuestión religiosa separando nativos e inmigrantes puede ser una forma de aproximarse con mayor precisión a las minorías religiosas, tanto para su medición como para el análisis de éstas.

Más allá de las posibilidades para abordar su estudio, lo que resulta evidente es la falta de información estadística sobre un grupo que, aunque cuantitativamente minoritario, en las últimas décadas ha crecido de la mano de la llegada de inmigrantes a España, colectivo que actualmente representa en torno a un 15% del total de la población española. Obviamente, ni todos los nacidos en el extranjero pertenecen a una confesión religiosa minoritaria ni las minorías religiosas están compuestas exclusivamente por los nacidos fuera de España. Aclarar ésta y otras cuestiones mediante estudios cuantitativos es imprescindible si lo que queremos es tener una mayor comprensión sobre la situación que viven los creyentes religiosos de confesiones minoritarias en España y su convivencia con el resto de la sociedad.

Cómo citar este artículo

Muñoz-Comet, Jacobo, "Dificultades y retos para la cuantificación de las minorías religiosas en España", Cuestiones de Pluralismo, Vol. 2, nº1 (primer semestre de 2022). https://doi.org/10.58428/BBFH7423

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