Fe y Derecho: contrarrevolución conservadora y mutaciones de la libertad religiosa en Estados Unidos

Cuestiones de pluralismo, Volumen 4, Número 2 (2º Semestre 2024)
21 de Noviembre de 2024
DOI: https://doi.org/10.58428/AYGA9495

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Por Mikel Díez Sarasola

En Estados Unidos, poderosos movimientos neoconservadores utilizan el activismo legal para desmantelar concepciones políticas progresistas y promover así un "constitucionalismo del bien común" basado en valores cristianos fundamentalistas. Esta estrategia ha propiciado la mutación de la libertad religiosa, debilitando la separación Iglesia-Estado y acrecentando el influjo religioso en la política.


 

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La sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos (CSEU) en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization en junio de 2022 supuso la revocación, casi cincuenta años después, de la doctrina desarrollada en el caso Roe v. Wade (1973) y, con ello, la anulación del derecho constitucional al aborto a nivel federal. A pesar de su carácter controvertido y mediático en este lado del Atlántico, la nueva posición del alto tribunal norteamericano en relación con el aborto apenas sorprendió a ningún jurista de aquel país, dado el cambio en la composición del máximo órgano judicial estadounidense tras la muerte de Ruth Bader Ginsburg y su sustitución por Amy Coney Barrett, figura ultraconservadora que inclinó el frágil equilibrio entre liberales y conservadores en el principal órgano constitucional norteamericano hacia el lado más conservador. No obstante, ni la nueva composición del tribunal ni la sentencia en cuestión parecen ser hechos aislados o decisiones puntuales fruto del azar. Según numerosos observadores políticos, estos movimientos telúricos en las principales estructuras judiciales estadounidenses forman parte de una estrategia ultraconservadora cuidadosamente fraguada a lo largo de décadas, cuyo objetivo principal es el de “preservar” en los tribunales un orden moral de inspiración cristiana.

Los orígenes históricos de esta contrarrevolución se remontan a finales de los años 70 y se suelen interpretar como una respuesta en clave conservadora a la “revolución+ cultural” que tuvo lugar en Europa Occidental y en Estados Unidos a finales de los 60 y principios de los 70. En efecto, al igual que el conocido Mayo del 68 en Francia, Estados Unidos atravesó un periodo convulso marcado por masivas movilizaciones contra la guerra de Vietnam y a favor de los derechos civiles, la igualdad racial, el feminismo y la liberación sexual. Todas estas protestas sociales cuestionaban en profundidad las estructuras políticas y la autoridad moral vigentes. La victoria del republicano Richard Nixon y de otros líderes políticos conservadores no parecían capaces de revertir la ola progresista y emancipadora que se había instalado como un nuevo nomos de la ciudadanía occidental. Ante la constatación de este nuevo paradigma moral y cultural que algunos califican de postmodernista, los sectores más fundamentalistas de la sociedad norteamericana vislumbraron una hoja de ruta concisa para “restaurar” los valores conservadores y tradicionales como ejes principales de conformación y ordenación social.

Además de su influencia en el nombramiento de miembros de la judicatura, la estrategia neoconservadora de múltiples grupos reunidos en torno a la denominada Christian Right, se articula principalmente a través de dos ámbitos que se encuentran estrechamente interrelacionados: la creación de una infraestructura para el activismo legal de defensa de los principios ultraconservadores (conservative legal advocacy) y la generación, legitimación y socialización de ideas que respalden los necesarios cambios legales. Para la realización de estas tareas de lo que en términos de Nietzsche constituiría una auténtica “reversión de los valores”, los neoconservadores han contado con una tupida red de recursos, entidades y prácticas que han demostrado una eficacia y éxito destacable. Entidades como el US Chamber Litigation Center, la Heritage Foundation, las nuevas facultades de Derecho como Regent y Ave Maria y, en especial la Federalist Society dedicada a “reformar el actual orden legal”, son algunos ejemplos de organizaciones sociales de ideología ultraconservadora que tienen por objeto formar a profesionales y elaborar doctrinas jurídicas que promuevan a través del activismo legal la materialización de los valores neoconservadores.

Un aspecto interesante de esta particular batalla legal es el empleo por parte de estos movimientos neoconservadores de gramáticas que originalmente abanderaban causas progresistas. Me refiero, en concreto, a la adopción por parte del activismo neoconservador de la gramática de los derechos y de la reivindicación de un Derecho de interés público fundamentalista. En este sentido, frente a los derechos a la igualdad de género, al aborto, los derechos LGBTIQ+, la secularidad del Estado o los programas públicos de asistencia social, todos ellos ilustrativos de conocidas causas sociales, los neoconservadores  invocan los derechos pro-life, a la defensa de la familia y al matrimonio tradicional, derecho a la educación religiosa y a la libertad religiosa, a los derechos de propiedad y a una interpretación de la libertad, en particular de la libertad de expresión, que persigue evitar la regulación e intervención del Estado en múltiples ámbitos de la realidad social.

En el ámbito constitucional, merece una especial atención el constitucionalismo del bien común (common good constitutionalism), que propugna una visión teocrática y patriarcal de la sociedad que impregne la interpretación de las normas constitucionales. Este enfoque cuenta con un reseñable soporte intelectual de la mano de académicos como Patrick Deneen, (Universidad de Notre Dame), Gladden Pappin (Universidad de Dallas y cofundador de la revista American Affairs) o, de manera destacada, el profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Harvard, Adrian Vermeule. Todos estos autores comparten la crítica radical al constitucionalismo liberal y la formulación de propuestas dirigidas a promover un comunitarismo de base cristiana y superador del neoliberalismo y de los derechos individuales.

El principal problema surgido en torno al constitucionalismo del bien común y sus propuestas políticas es el que atañe a su relación con la democracia y los procesos democráticos de adopción de decisiones colectivas. Sirva como ejemplo revelador de lo anterior las opiniones vertidas por el blog Ius & Iustitium, uno de los blogs más populares de esta corriente, el cual, a propósito de la votación favorable al reconocimiento del derecho al aborto en la Constitución de Montana, afirmó que el bien común es un bien en sí mismo, independientemente de la voluntad (democrática) del pueblo y que la esencia de la política es precisamente perseguir ese bien común. Este cuestionamiento acerca de las bondades de algunas decisiones democráticas y su posible falibilidad a partir de una concepción esencialista del bien común, se ha visto acompañado igualmente de numerosos guiños cómplices y de estrechas relaciones académicas de algunos de sus miembros con el régimen húngaro de Victor Orbán, en una deriva que muchos califican como de semi-autoritaria.

En este contexto de rearme ideológico y jurídico de los movimientos neoconservadores, la interpretación jurídica y el alcance del derecho de libertad religiosa, así como la separación entre religión y Estado, están experimentando un proceso de reformulación, cuando no de verdadera mutación de sus contornos tradicionales, aspectos todos ellos a los que me referiré a continuación.

El marco constitucional de la libertad religiosa en Estados Unidos viene constituido por la Primera Enmienda de la Constitución federal, la cual establece que “el Congreso no dictará ley alguna por la que adopte como oficial del Estado o se prohíba su libre ejercicio”. La doctrina y la jurisprudencia estadounidenses han analizado el precepto legal transcrito a partir de la relación dialéctica entre dos imperativos normativos: el que propugnaría la separación entre Iglesia y Estado (Establishment Clause) y el que garantizaría a las personas el derecho a practicar libremente su religión sin interferencia del gobierno (Free Exercise Clause). Si bien ambas cláusulas pueden jugar papeles complementarios en la consecución de la libertad religiosa, resulta frecuente encontrar casos en que su aplicación e interpretación conjunta devienen problemáticas. En este sentido, algunas acciones de los poderes públicos dirigidas a facilitar el libre ejercicio de la libertad religiosa pueden ser percibidas como adhesiones intolerables del gobierno a una religión y, al contrario, algunas decisiones de las autoridades públicas con el fin mantener la neutralidad del Estado pueden ser consideradas como impeditivas del libre ejercicio de la libertad religiosa. 

La CSEU ha ido elaborando a lo largo de las últimas décadas las líneas interpretativas y metodológicas necesarias para sustanciar las tensiones inherentes a ambos imperativos normativos, los cuales se han suscitado mayormente en el ámbito de la educación. Se suele mencionar el caso Engel v. Vitale (1962) como el primer pronunciamiento jurisprudencial moderno en establecer un precedente judicial clave sobre la interpretación y alcance de la Cláusula de Establecimiento y la de Libre Ejercicio de la religión. En este caso, la CSEU declaró inconstitucional que Nueva York exigiera a los profesores de escuelas públicas iniciar cada día con una “oración no-denominacional” (oración inclusiva de diversas tradiciones religiosas) impuesta por el Estado. La mayoría fundamentó su decisión en que esta práctica religiosa patrocinada por el gobierno “rompe el muro constitucional de separación” entre Iglesia y Estado. El juez Douglas estuvo de acuerdo con el fallo, aunque por razones distintas: su principal preocupación no era que se pidiera a los profesores rezar, sino que el gobierno financiara el ejercicio religioso. En su opinión, el uso de fondos públicos para promover la oración introducía una “influencia divisoria” entre las comunidades de la sociedad, vulnerando con ello la obligación gubernamental de ser neutral en cuestiones religiosas. Es decir, su preocupación se centraba más bien en la inconstitucionalidad de la financiación pública de actividades religiosas, pues, a su juicio, ello comprometía la neutralidad gubernamental y potencialmente fomentaba divisiones dentro de la comunidad. Este matiz diferenció su postura de la mayoría, que se enfocaba en lo inapropiado de la coacción indirecta sobre los estudiantes para participar en actividades religiosas promovidas por el Estado.

Precisamente, la postura de Douglas sobre el equilibrio entre la libertad religiosa y la neutralidad del gobierno reaparecería en casos posteriores en la década de 1960, y culminaría en el famoso caso Lemon vs. Kurtzman (1971), del cual surgió el conocido como “Lemon test” que ha sido el principal marco de referencia para la interpretación de la Establishment Clause. En particular, este test considera que una regulación o actuación pública no viola la Cláusula de Establecimiento si 1) tiene un propósito secular, 2) no promueve ni inhibe la religión, y 3) evita “un enredo excesivo del gobierno con la religión” (excessive government entanglement).

En los últimos tiempos, la vigencia de la doctrina contenida en el Lemon test ha sido menoscabada por sentencias de la Corte Suprema estadounidense que la ignoran o, incluso, cuestionan su validez. En el caso Kennedy v. Bremerton School District (2022), la Corte abordó si el despido de un entrenador de fútbol americano de una escuela pública que tenía la costumbre de orar en el campo después de los partidos, a veces acompañado por estudiantes, violaba sus derechos de libre expresión y libre ejercicio de la religión de la Primera Enmienda. La escuela le solicitó formalmente que dejara de hacerlo, argumentando que, al ser una figura pública en una institución estatal, su conducta podía constituir un acto de promoción religiosa contrario a la neutralidad religiosa de la Establishment Clause. El entrenador continuó con sus oraciones, lo cual llevó a su suspensión y posterior despido.  Pues bien, en una decisión de 6-3, la CSEU falló en favor del entrenador, sosteniendo que la escuela había violado sus derechos constitucionales a la libre expresión y al libre ejercicio de su religión. La Corte concluyó que su oración constituía una expresión personal de fe, que no equivalía a un acto de promoción religiosa por parte del Estado, ya que el entrenador estaba orando de manera privada y no coaccionaba a los estudiantes para que participaran. Entre los razonamientos jurídicos empleados, el órgano supremo estadounidense explicitó su decisión de no usar el Lemon test, al considerar que este no constituía el estándar principal para los casos relacionados con la Establishment Clause. En su lugar, se basó en la “historia y tradición” de la relación entre religión y gobierno en EEUU, sugiriendo que ciertos actos religiosos personales no violan necesariamente dicha cláusula constitucional.

Igualmente, en el caso Carson v. Makin (2022) la Corte Suprema adoptó un enfoque que parece primar la Cláusula de Libre Ejercicio de la religión sobre la Cláusula de Establecimiento. El caso en cuestión se centró en la constitucionalidad de una política pública del estado de Maine que excluía a las escuelas religiosas de un programa de financiación para la educación privada. En Maine, muchas zonas rurales no tienen escuelas secundarias públicas debido a la dispersión de la población. Para compensar esto, el estado ofrece un programa que permite a los padres de estudiantes en estas áreas matricular a sus hijos en escuelas privadas de su elección, utilizando para ello fondos públicos. Sin embargo, Maine imponía una restricción: solo financiaba escuelas que proporcionaran una educación "no sectaria". Los padres involucrados en el caso deseaban que su hija asistiera a una escuela cristiana, pero no podían beneficiarse del programa debido a la restricción "no sectaria" del programa. En una decisión de 6-3 la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que esta exclusión violaba la Primera Enmienda, específicamente la Cláusula de Libre Ejercicio de la Religión. En el razonamiento del órgano judicial no se menciona el Lemon test, enfocando su motivación en la exclusión discriminatoria que las políticas de financiación pública del departamento de Educación de Maine provocan sobre las familias que desean una educación religiosa para sus hijos. En base a lo anterior, la Corte anuló el requisito de “no sectarismo”, dictaminando que el estado de Maine está obligado a subvencionar la educación religiosa a través del programa.

La “obligación” de subvencionar la educación religiosa a la que se refiere la Corte Suprema es novedosa y se aparta de manera sustancial de los precedentes judiciales anteriores, como el caso Zelman v. Simmons-Harris (2002). En este caso, la Corte examinó la constitucionalidad de un programa de vales escolares en Ohio, que permitía a las familias de bajos ingresos en Cleveland utilizar fondos públicos para enviar a sus hijos a escuelas privadas, incluidas escuelas religiosas. El órgano judicial estadounidense en un fallo de 5-4 afirmó que este programa no violaba la Cláusula de Establecimiento, pues se consideró que el programa era neutral en términos religiosos, ya que estaba abierto a una variedad de escuelas (religiosas y no religiosas) y el Estado no promovía ninguna fe específica, recayendo en los padres la elección final sobre dónde enviar a sus hijos e hijas. Aunque parezca llegar a resultados similares, la aproximación de la Corte Suprema estadounidense en Carson difiere de manera significativa de los razonamientos jurisprudenciales esgrimidos hasta este momento. Tal como razonan los jueces Breyer y Sotomayor en sus votos particulares del caso Carson, la nueva línea jurisprudencial de la Corte Suprema respecto a la actitud de los poderes públicos ante la educación religiosa convierte el “puede financiar” del caso Zelman en un “debe financiar” en Carson.

Estas decisiones jurisprudenciales muestran de manera nítida un modus operandi legal y político de largo alcance por parte de los movimientos neoconservadores de raíz cristiana en su voluntad de condicionar la articulación democrática de los valores públicos y la asignación de recursos públicos. La dinámica puesta en marcha consiste, en primer lugar, en desplazar hacia el ámbito privado la prestación de bienes y servicios públicos, como la educación; y, en segundo lugar, en diluir la distinción entre lo religioso y lo secular en esa esfera privada recién construida, invocando para ello la prohibición de discriminación y una aplicación, ciertamente desorbitada y descontextualizada, de la Cláusula del Libre Ejercicio de la religión. Todavía es pronto para valorar la consolidación de este nuevo paradigma en el ámbito de la regulación de la libertad religiosa en EEUU. No obstante, es importante destacar que tanto la nueva cosmovisión sobre la relación entre fe y derecho, promovida por movimientos ultraconservadores estadounidenses, como las técnicas y estrategias legales adoptadas para su consecución, constituyen la punta de lanza de un sofisticado proselitismo religioso que, sin duda, tendrá resonancias globales.

Cómo citar este artículo

Díez Sarasola, Mikel, "Fe y Derecho: contrarrevolución conservadora y mutaciones de la libertad religiosa en Estados Unidos", Cuestiones de Pluralismo, Vol. 4, nº2 (segundo semestre de 2024). https://doi.org/10.58428/AYGA9495

Para profundizar

  • Decker, Jefferson (2016). The other rights revolution: conservative lawyers and the remaking of American government. Oxford University Press.
  • Mancini, Susanna & Rosenfeld, Michel (2020). “Nationalism, populism, religion, and the quest to reframe fundamental rights”. Cardozo Law Review, 42 (2): 463-535.
  • Southworth, Ann (2018). “Lawyers and the Conservative Counterrevolution”. Law & Social Inquiry, 43(4): 1698-1728. https://doi.org/10.1111/lsi.12363
  • Kocemba, Karolina & Stambulski, Michal (2024). “Populism, non-state actors and right-wing legal mobilization in Europe”. International Journal of Law in Context, 20: 297-306. https://doi.org/10.1017/S1744552324000211
  • Vermeule, Adrian (2022). Common good constitutionalism. Cambridge: Polity Press.
  • Whitehead, Andrew L. & Perry, Samuel L. (2020). Taking America Back for God: Christian Nationalism in the United States. Oxford University Press.

FEDEA ETA ZUZENBIDEA: KONTRA-EBOLUZIO KONTSERBADOREA ETA ERLIJIO ASKATASUNAREN MUTAZIOAK ESTATU BATUETAN

 Estatu Batuetan, mugimendu neokontserbadore boteretsuek lege-aktibismoa erabiltzen dute ikuskera politiko aurrerakoiak desegiteko eta, horrela, balio kristau fundamentalistetan oinarritutako "ondasun komunaren konstituzionalismoa" sustatzeko. Estrategia horrek erlijio-askatasunaren aldaketa ekarri du, Eliza-Estatua banaketa ahulduz eta erabaki politikoetan erlijio-eragina areagotuz.

Estatu Batuetako Gorte Gorenak (EBGG) Dobbs v. Jackson Women 's Health Organization auzian 2022ko ekainean emandako epaiak, ia berrogeita hamar urte geroago, Roe v. Wade (1973) auzian garatutako doktrina baliogabetzea ekarri zuen, eta, horrekin batera, maila federalean abortatzeko eskubide konstituzionala baliogabetzea. Atlantikoaren alde honetan eztabaidagarria eta mediatikoa izan arren, AEBetako goi-auzitegiak abortuaren inguruan hartu zuen jarrera berriak ez zuen harritu herrialde hartako legelari ia bakar bat ere, Ruth Bader Ginsburg hil eta haren ordez Amy Coney Barrett jarri ondoren AEBetako organo judizial gorenaren osaera aldatu egin zelako. Figura ultrakontserbadore horrek liberalen eta kontserbadoreen arteko oreka hauskorra alderik kontserbadoreenera inklinatu zuen AEBko organo konstituzional nagusian. Hala ere, auzitegiaren osaera berria eta epaia ez dira, antza, gertakari isolatuak edo zoriaren ondoriozko erabaki puntualak. Behatzaile politiko ugariren arabera, AEBetako egitura judizial nagusietako mugimendu teluriko horiek hainbat hamarkadatan arreta handiz landu den estrategia ultrakontserbadore baten parte dira, auzitegietan inspirazio kristauko ordena morala "zaintzea" helburu nagusitzat duena.

Kontrairaultza horren jatorri historikoak 70eko hamarkadaren amaierakoak dira, eta Mendebaldeko Europan eta Estatu Batuetan 60ko hamarkadaren amaieran eta 70eko hamarkadaren hasieran izandako "iraultza kulturalari" emandako erantzun kontserbadore gisa interpretatu ohi dira. Izan ere, Frantzian ezaguna den 68ko maiatzean bezala, Estatu Batuek Vietnamgo gerraren aurkako eta eskubide zibilen, arraza-berdintasunaren, feminismoaren eta sexu-askapenaren aldeko mobilizazio masiboek markatutako aldi asaldatua igaro zuten. Protesta sozial horiek guztiek zalantzan jartzen zituzten indarrean zeuden egitura politikoak eta autoritate morala. Richard Nixon errepublikanoaren eta beste buruzagi politiko kontserbadore batzuen garaipenek ez ziruditen mendebaldeko herritarren nomo berri gisa ezarri zen olatu aurrerakoi eta emantzipatzailea iraultzeko gai. Batzuek postmodernistatzat jotzen duten paradigma moral eta kultural berri hori ikusita, Ipar Amerikako gizarteko sektore fundamentalistenek bide-orri zehatz bat ikusi zuten balio kontserbadoreak eta tradizionalak egituratzeko eta gizartea antolatzeko ardatz nagusi gisa "berrezartzeko".

Epailetzako kideen izendapenean duen eraginaz gain, Christian Right deiturikoaren inguruan bildutako talde anitzen estrategia neokontserbadorea bi esparruren bidez egituratzen da nagusiki, elkarrekin estuki lotuta daudenak: printzipio ultrakontserbadoreen (kontserbatzaile legal advocacy) defentsarako lege-aktibismorako azpiegitura bat sortzea eta beharrezko lege-aldaketak babestuko dituzten ideiak sortzea, legitimatzea eta sozializatzea. Nietzscheren hitzetan benetako "balioen itzulera" izango litzatekeenaren zeregin horiek egiteko, neokontserbadoreek baliabide, erakunde eta praktika sare trinkoa izan dute, eta eraginkortasuna eta arrakasta nabarmena erakutsi dute. US Chamber Litigation Center, Heritage Foundation, Regent eta Ave Maria bezalako zuzenbide-fakultate berriak eta, bereziki, "egungo lege-ordena erreformatzen" diharduen Federalist Society, ideologia ultrakontserbadoreko gizarte-erakundeen adibide batzuk dira. Horien helburua profesionalak prestatzea eta lege-aktibismoaren bidez balio neokontserbadoreen gauzatzea sustatuko duten doktrina juridikoak lantzea da.

Lege-borroka berezi horren alderdi interesgarri bat jatorrian kausa aurrerakoiak alde batera uzten zituzten gramatika-mugimendu neokontserbadore horiek erabiltzea da. Zehazki, aktibismo neokontserbadoreak eskubideen gramatika onartu izanaz eta interes publiko fundamentalistako Zuzenbidea aldarrikatzeaz ari naiz. Ildo horretan, genero-berdintasunerako, aborturako, LGBTIQ+ eskubideetarako, Estatuaren sekulartasunerako edo gizarte-laguntzako programa publikoetarako eskubideen aurrean, horiek guztiak kausa sozial ezagunen adierazgarri, neokontserbadoreek honako eskubide hauek aldarrikatzen dituzte: pro-liferen aldeko eskubideak, familiaren eta ezkontza tradizionalaren defentsa, hezkuntza-erlijiosorako eta erlijio-askatasunerako eskubidea, jabetza-eskubideak eta askatasunaren interpretazioa, batez ere adierazpen-askatasunarena, Estatuak gizarte-errealitatearen esparru askotan esku hartzea eta arautzea saihestu nahi duena.

Konstituzioaren eremuan, arreta berezia merezi du ondasun komunaren konstituzionalismoak (common good constitutionalism); izan ere, gizartearen ikuspegi teokratikoa eta patriarkala aldarrikatzen du, konstituzio-arauen interpretazioan eragina izango duena. Ikuspegi horrek euskarri intelektual aipagarria du, Patrick Deneen (Notre Dameko Unibertsitatea), Gladden Pappin (Dallasko Unibertsitatea eta American Affairs aldizkariaren sortzaileetako bat) eta, bereziki, Harvardeko Unibertsitateko Zuzenbide Konstituzionaleko irakasle Adrian Vermeuleren eskutik. Autore horiek guztiek bat egiten dute konstituzionalismo liberalaren aurkako kritika erradikalarekin eta oinarri kristauko komunitarismoa sustatzeko proposamenekin, neoliberalismoa eta eskubide indibidualak gaindituz.

Guztion ongiaren konstituzionalismoaren eta haren proposamen politikoen inguruan sortutako arazo nagusia demokraziarekin eta erabaki kolektiboak hartzeko prozesu demokratikoekin duen harremanari buruzkoa da. Aurrekoaren adibide argigarri gisa, Ius & Iustitium blogak emandako iritziak. Blog hori da korronte horretako blog ezagunenetako bat, eta, Montanako Konstituzioan abortatzeko eskubidea onartzearen aldeko bozketari dagokionez, guztion ongia bere horretan ondasun bat dela baieztatu zuen, herriaren borondatea (demokratikoa) edozein dela ere, eta politikaren funtsa, hain zuzen ere, ondasun komun hori jazartzea dela. Era berean, erabaki demokratiko batzuen onuren eta guztien onuraren kontzepzio esentzialista batetik abiatuta izan dezaketen faltsutasunaren inguruko eztabaida horrekin batera, hainbat keinu konplizek eta kide batzuek Victor Orbanen Hungariako erregimenarekin dituzten harreman akademiko estuek ere lagundu dute, askok erdi-autoritariotzat jotzen duten jitoan. Mugimendu neokontserbadoreen berrarmatze ideologiko eta juridikoaren testuinguru honetan, erlijio-askatasunerako eskubidearen interpretazio juridikoa eta irismena, bai eta erlijioaren eta Estatuaren arteko banaketa ere, birformulazio-prozesu bat jasaten ari dira, baina ez haien inguru tradizionalen benetako aldaketa. Jarraian aipatuko ditut alderdi horiek guztiak.

Estatu Batuetako erlijio-askatasunaren konstituzio-esparrua Konstituzio federalaren Lehen Emendakinak osatzen du. Bertan ezartzen denez, "Kongresuak ez du legerik emango Estatuko ofizial gisa onartzeko edo askatasunez erabiltzea debekatzeko". Estatu Batuetako doktrinak eta jurisprudentziak transkribatutako lege-agindua aztertu dute bi arau-aginduren arteko harreman dialektikotik abiatuta: Elizaren eta Estatuaren arteko banaketa bultzatuko lukeena (Establishment Clause) eta pertsonei beren erlijioa gobernuaren interferentziarik gabe askatasunez praktikatzeko eskubidea bermatuko liekeena (Free Exercise Clause). Bi klausulek erlijio-askatasuna lortzeko zeregin osagarriak izan baditzakete ere, ohikoa da horiek batera aplikatzea eta interpretatzea arazo bihurtzen diren kasuak aurkitzea. Ildo horretan, botere publikoek erlijio-askatasunaren erabilera askea errazteko egiten dituzten ekintza batzuk gobernuak erlijio bati egiten dion atxikimendu onartezintzat har daitezke, eta, alderantziz, agintari publikoek Estatuaren neutraltasunari eusteko hartzen dituzten erabaki batzuk erlijio-askatasuna askatasunez erabiltzea eragozten dutela esan daiteke.

Azken hamarkadetan, EBGGk beharrezkoak diren interpretazio- eta metodologia-ildoak landu ditu bi arau-aginduei datxezkien tentsioak bideratzeko, batez ere hezkuntzaren esparruan sortu baitira. Engel v. Vitale (1962) kasua aipatu ohi da Ezartzeko Klausularen eta Erlijioa Askatasunez Gauzatzeko Klausularen interpretazioari eta irismenari buruzko funtsezko aurrekari judiziala (stare decisis) ezartzeko lehen jurisprudentzia-erabaki moderno gisa. Kasu horretan, EBGGk konstituzioaren aurkakotzat jo zuen New Yorkek eskola publikoetako irakasleei egunero Estatuak ezarritako "izendapenezko ez den otoitz" batekin (erlijio-tradizio ezberdinen otoitz inklusiboa) hasteko eskatzea. Gehiengoak bere erabakia oinarritu zuen gobernuak babestutako praktika erlijioso honek Elizaren eta Estatuaren arteko "bereizketaren horma konstituzionala hausten" duela. Douglas epailea ados egon zen epaiarekin, baina beste arrazoi batzuengatik: bere kezka nagusia ez zen irakasleei otoitz egiteko eskatzea, gobernuak jarduera erlijiosoa finantzatzea baizik. Bere ustez, otoitza sustatzeko funts publikoak erabiltzeak "eragin banatzailea" zuen gizarteko komunitateen artean, eta horrek urratu egiten zuen gobernuak erlijio-gaietan neutrala izateko zuen betebeharra. Hau da, bere kezka erlijio-jardueren finantzaketa publikoa Konstituzioaren aurkakoa izatean oinarritzen zen; izan ere, bere ustez, horrek gobernuaren neutraltasuna arriskuan jartzen zuen eta komunitatearen barruan zatiketak sustatzen zituen. Ñabardura horrek bere jarrera eta gehiengoa bereizi zituen, Estatuak sustatutako erlijio-jardueretan parte hartzeko ikasleen aurkako zeharkako hertsapenaren desegokitasunean oinarritzen baitzen.

Hain zuzen ere, Douglasek erlijio-askatasunaren eta gobernuaren neutraltasunaren arteko orekari buruz zuen jarrera 1960ko hamarkadaren ondorengo kasuetan berragertuko zen, eta Lemon vs. Kurtzman (1971) kasu ospetsuan amaituko zen. Kasu horretatik sortu zen "Lemon test" delakoa, Establishment Clause interpretatzeko erreferentzia-esparru nagusia izan dena. Zehazki, test honen arabera, erregulazio edo jarduera publiko batek ez du Ezarpen Klausula urratzen, baldin eta 1) helburu sekularra badu, 2) ez badu erlijioa sustatzen edo inhibitzen, eta 3) "gobernuak erlijioarekin duen gehiegizko korapiloa" (excessive government entanglement) saihesten badu.

Azken aldian, Lemon testean jasotako doktrinaren indarraldiari kalte egin diote AEBetako Gorte Gorenaren epaiek, ez baitiote jaramonik egiten edo, are gehiago, haren baliozkotasuna zalantzan jartzen baitute. Kennedy v. Bremerton School District (2022) kasuan, eskola publiko bateko futbol amerikarreko entrenatzaile baten kaleratzeak, partiden ondoren zelaian otoitz egiteko ohitura zuenak, batzuetan ikasleekin batera, Lehen Emendakinaren erlijioaren adierazpen askeko eta jarduteko askatasuneko eskubideak urratzen ote zituen aztertu zuen Gorteak. Eskolak formalki eskatu zion hori egiteari uzteko, Estatuko erakunde bateko figura publikoa zenez, bere jokabidea Establishment Clause delakoaren neutraltasun erlijiosoaren aurkako sustapen erlijiosoa izan zitekeela argudiatuz. Entrenatzaileak bere otoitzekin jarraitu zuen, eta horrek bere suspentsioa eta geroago, bere kaleratzea eragin zuen. Bada, 6-3ko erabaki batean, EBGGk entrenatzailearen alde egin zuen, eskolak adierazpen askerako eta erlijioa askatasunez baliatzeko eskubide konstituzionalak urratu zituela esanez. Gorteak ondorioztatu zuen bere otoitza fede-adierazpen pertsonala zela, eta ez zela Estatuaren erlijio-sustapeneko ekintza baten baliokidea, entrenatzailea modu pribatuan otoitz egiten ari zelako eta ikasleak ez zituelako parte hartzera behartzen. Erabilitako arrazoibide juridikoen artean, AEBetako organo gorenak Lemon testa ez erabiltzeko erabakia zehaztu zuen, Establishment Clause kasuetarako estandar nagusia ez zela iritzita. Horren ordez, AEBko erlijioaren eta gobernuaren arteko harremanaren "historian eta tradizioan" oinarritu zen, eta iradoki zuen erlijio-ekintza pertsonal batzuek ez dutela nahitaez klausula konstituzional hori urratzen.

Era berean, Carson v. Makin (2022) kasuan, Auzitegi Gorenak Erlijioaren Jardun Askearen Klausula Ezarpen Klausularen gainetik jartzen duen ikuspegi bat hartu zuen. Kasua Maine estatuko politika publiko baten konstituzionaltasunean zentratu zen, eskola erlijiosoak hezkuntza pribaturako finantzaketa-programa batetik kanpo uzten zituena. Mainen, landa-eremu askok ez dute bigarren mailako eskola publikorik, biztanleria sakabanatuta dagoelako. Hori konpentsatzeko, estatuak programa bat eskaintzen die arlo horietako ikasleen gurasoei, beren seme-alabak beraiek aukeratutako eskola pribatuetan matrikulatzeko, horretarako funts publikoak erabiliz. Hala ere, Mainek murrizketa bat ezartzen zuen: hezkuntza "ez sektarioa" ematen zuten eskolak bakarrik finantzatzen zituen. Kasu horretan parte hartu zuten gurasoek beren alaba kristau eskola batera joatea nahi zuten, baina ezin zuten programaz baliatu, programaren murrizketa "ez sektarioa" zela eta. 6-3ko erabaki batean, Estatu Batuetako Gorte Gorenak ebatzi zuen bazterketa horrek Lehen Emendakina urratzen zuela, zehazki Erlijioaren Jardun Askearen Klausula. Organo judizialaren arrazoibidean ez da Lemon testa aipatzen, Maineko Hezkuntza Sailaren finantziazio publikoko politikek seme-alabentzako hezkuntza erlijiosoa nahi duten familiei eragiten dieten bazterkeria diskriminatzailean oinarrituta. Aurrekoa oinarri hartuta, Gorteak bertan behera utzi zuen "sektarismorik ezaren" betekizuna, eta Maineko estatuak erlijio-hezkuntza programaren bidez diruz lagundu behar duela ebatzi zuen.

Gorte Gorenak aipatzen duen erlijio-hezkuntza diruz laguntzeko "betebeharra" berria da, eta nabarmen aldentzen da aurreko aurrekari judizialetatik, hala nola Zelman v. Simmons-Harris (2002) kasutik. Kasu honetan, Gorteak Ohioko eskola-txartelen programa konstituzionala aztertu zuen, Clevelandeko diru-sarrera txikiko familiek funts publikoak erabil zitzaten seme-alabak eskola pribatuetara bidaltzeko, erlijio-eskolak barne. AEBko organo judizialak 5-4ko epaian adierazi zuen programa horrek ez zuela Ezarpen Klausula urratzen, erlijioari dagokionez programa neutrala zela iritzi baitzitzaion, hainbat eskolatara irekita zegoelako (erlijiosoak eta ez-erlijiosoak) eta Estatuak ez zuelako fede espezifikorik sustatzen, eta gurasoei zegokielako seme-alabak nora bidali erabakitzea. Antzeko emaitzetara iritsi dela dirudien arren, AEBetako Gorte Gorenak Carsonen egindako hurbilketa oso desberdina da orain arte erabilitako jurisprudentzia-arrazoibideetatik. Breyer eta Sotomayor epaileek Carson auziko boto partikularretan arrazoitzen duten bezala, botere publikoek hezkuntza erlijiosoaren aurrean duten jarrerari dagokionez Gorte Gorenaren jurisprudentzia-ildo berriak Zelman kasuaren "finantza dezake" Carsonen "finantzatu behar" bihurtzen du.

Erabaki jurisprudentzial horiek argi eta garbi erakusten dute kristau sustraiko mugimendu neokontserbadoreek irismen luzeko modus operandi legal eta politikoa dutela, balio publikoen artikulazio demokratikoa eta baliabide publikoen esleipena baldintzatu nahi baitituzte. Abian jarritako dinamika, lehenik eta behin, ondasun eta zerbitzu publikoen prestazioa (hezkuntza, esaterako) eremu pribatura mugitzean datza; eta, bigarrenik, eraiki berri den eremu pribatu horretan erlijioaren eta sekularren arteko bereizketa lausotzean, horretarako diskriminazioaren debekua eta Erlijioaren Egikaritza Askearen Klausula – benetan neurrigabea eta testuingurutik kanpokoa – aplikatzea argudiatuz. Oraindik goiz da paradigma berri hori AEBetako erlijio-askatasunaren arauketaren esparruan finkatu den edo ez baloratzeko. Hala ere, garrantzitsua da azpimarratzea fedearen eta zuzenbidearen arteko harremanari buruzko kosmobisio berria, AEBetako mugimendu ultrakontserbadoreek sustatua, eta hori lortzeko hartutako teknika eta estrategia legalak, erlijio-proselitismo sofistikatuaren lantza direla, eta, zalantzarik gabe, erresonantzia globalak izango dituela.

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