Un instrumento para la promoción de los derechos de las minorías: el Atlas of religious or belief minority rights

Cuestiones de pluralismo, Volumen 2, Número 2 (2º Semestre 2022)
29 de Diciembre de 2022
DOI: https://doi.org/10.58428/EIYD8341

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Por Silvio Ferrari

Sin un sistema que mida los derechos de las minorías religiosas y de creencias en cada país de la UE, es imposible desarrollar una política basada en pruebas que proteja y promueva efectivamente estos derechos. El Atlas responde a esta necesidad, contribuyendo a reducir la discriminación que aún hoy sufren estas minorías.


 

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¿Qué son los derechos de las minorías religiosas y de creencias (MRC)?

Los miembros de las MRC disfrutan, en primer lugar, de todos los derechos que corresponden a todas las demás personas, incluidas las que forman parte de la mayoría religiosa: en este sentido, no hay diferencia entre los miembros de la mayoría y los de la minoría. Pero, además de estos derechos, los miembros de las MRC disfrutan de otros que les están reservados y que no se reconocen a los miembros de la mayoría religiosa. Los derechos de las MRC no sólo exigen garantizar la igualdad de sus miembros con respecto a todos los demás ciudadanos, sino también proteger y promover su diversidad.

Todo esto plantea la siguiente pregunta: ¿por qué los miembros de una MRC deben disfrutar de estos derechos "adicionales"? La respuesta pone de relieve los dos componentes de los derechos de las minorías. En primer lugar, estos derechos se deben reconocer porque las MRC son grupos vulnerables, debido a su número y a las diferencias que los separan de la mayoría. Por lo tanto, tienen derecho a una protección especial. En segundo lugar, esta protección especial responde al interés no sólo de la minoría religiosa sino de la sociedad en su conjunto: sin pluralismo no puede haber democracia y sin minorías no puede haber pluralismo. Por esta razón, los derechos de las MRC no sólo deben ser protegidos, sino también promovidos.

Una vez aclarado este primer punto, se puede intentar responder a una segunda pregunta: ¿qué derechos especiales corresponden a estas minorías?

No existe un catálogo de derechos de las MRC, pero hay tres piedras angulares en torno a las cuales pueden agruparse.

En primer lugar, se trata de los derechos que sirven para proteger y promover la identidad de la MRC. La promoción de la identidad de un grupo es algo más complejo y desafiante que la protección de su libertad porque implica la necesidad de realizar acciones positivas por parte del Estado y otras instituciones públicas, a fin de remediar la posición de debilidad e inferioridad en la que se encuentra una minoría. Por poner un ejemplo, la libertad religiosa de un estudiante judío o musulmán está garantizada si el comedor escolar ofrece una comida vegetariana, que no contenga alimentos prohibidos por la religión judía o musulmana. La identidad religiosa de ese alumno se promueve si la escuela le proporciona (o al menos le permite consumir) comida kosher o halal, es decir, preparada según las normas religiosas judías o musulmanas.

En segundo lugar, se trata de los derechos que garantizan que la MRC pueda participar en la vida pública respetando las modalidades propias de esa minoría. En eso consiste el enriquecimiento que una minoría puede aportar al conjunto de la sociedad: mostrar, a través de experiencias concretas, que existen formas diferentes e igualmente válidas de concebir y regular el matrimonio, las relaciones familiares, la educación, etc. Una vez más, es procedente poner un ejemplo concreto de derecho de familia. La libertad de un miembro de la MRC está garantizada por la existencia del matrimonio civil, que le permite casarse y formar una familia sin obstáculos debidos a la religión que profesa. Pero la participación en la vida pública de la manera propia de esa minoría se promueve sólo si el Estado le concede el derecho a celebrar un matrimonio religioso que produzca efectos civiles (siempre que, por supuesto, no sea contrario a los principios fundamentales del derecho estatal). De esta manera, la identidad de la MRC encuentra reconocimiento en el espacio público.

Por último, se trata del derecho a no ser discriminado por las propias creencias religiosas (o no religiosas). Este derecho les corresponde a todas las personas, incluidas las que profesan la religión mayoritaria, pero los miembros de la MRC son los que con más frecuencia sufren discriminaciones. En este campo, los ejemplos más claros los proporcionan los símbolos religiosos. La ley francesa que prohíbe a los alumnos llevar símbolos religiosos "ostentatoires" en la escuela, aunque formulada en términos generales, afecta a los musulmanes, judíos y sijs, que llevan símbolos especialmente visibles (el velo, la kipá, el turbante), mucho más que a los cristianos, que no sólo no están obligados (a diferencia de los sijs, por ejemplo) a llevar estos símbolos, sino que suelen llevar símbolos mucho menos llamativos.

En conclusión, no basta con garantizar a los miembros de una MRC el derecho a ser iguales a todos los demás ciudadanos, mediante las normas que prohíben cualquier discriminación por motivos religiosos. Esto es fundamental pero no suficiente. También es necesario garantizar el derecho a diferenciarse de los ciudadanos que profesan la religión mayoritaria mediante el reconocimiento de derechos especiales y exenciones que sólo les corresponden a los miembros de una minoría.

¿Qué sentido tiene medir los derechos de las MRC?

Después de haber aclarado cuáles son los derechos de las MRC, podemos dar el siguiente paso y explicar por qué es importante desarrollar un sistema para medirlos.

Toda medición supone la existencia de una vara de medir. ¿Cuál es la vara para medir los derechos de las minorías? Son las normas internacionales que pueden derivarse de convenios, documentos y decisiones de organismos como las Naciones Unidas, el Consejo de Europa o la Unión Europea. Estas normas identifican los derechos que se conceden a los miembros de las MRC. Por ejemplo, las normas internacionales establecen que un detenido, si lo solicita, tiene derecho a ser visitado por un representante de su religión. Si no se garantiza este derecho, no se cumple la norma internacional. Una vez identificada la vara de medir, se puede proceder a medir los ordenamientos jurídicos de los diferentes Estados y asignar una puntuación diferente a los que cumplen con la norma internacional, a los que no, y también a los que hacen más de lo que exigen estas normas y promueven los derechos de las MRC en mayor medida de lo exigido por las normas del derecho internacional.

El objetivo de esta medición no es elaborar una lista de Estados buenos y malos, sino identificar las áreas en las que se respetan o no se respetan los derechos de las minorías y, por lo tanto, facilitar el desarrollo de una política basada en pruebas para identificar las áreas en las que es más urgente la intervención normativa. Estos sectores difieren de un país a otro. Por ejemplo, en Italia y España, los datos del Atlas of religious or belief minority rights (de los que se habla en el siguiente apartado) muestran que un ámbito en el que apenas se respetan y promueven los derechos de las MRC es el de la asistencia espiritual en las prisiones, las instituciones sanitarias y las fuerzas armadas: en estos dos países, las normas sobre asistencia religiosa siguen favoreciendo la posición de la religión mayoritaria porque se remontan a épocas en las que la diversidad religiosa era mucho menos relevante que en la actualidad. Si no se desarrolla un sistema para medir los derechos de las MRC, que identifique los ámbitos jurídicos en los que se respetan y promueven o no, no será posible desarrollar una política de derechos para cambiar las cosas y tener un impacto positivo sobre el estatuto jurídico de las minorías religiosas.

¿Cómo medir los derechos de las MRC?

La forma más sencilla de responder a esta pregunta es describir la metodología y el contenido del Atlas of religious or belief minority rights, que es una herramienta para cartografiar y medir los derechos de las MRC en los países de la Unión Europea. El Atlas contiene tres índices que se utilizan para medir en qué medida se promueven los derechos de las MRC en cada país; en qué medida se promueven por igual para todas las MRC; y la amplitud de la brecha entre los derechos de las MRC y los atribuidos a la religión mayoritaria. Por supuesto, es necesario desarrollar un sistema de medición de los derechos de las MRC científicamente correcto. El sistema adoptado por el Atlas es relativamente sencillo. Los datos para medir estos derechos se recogieron a través de cinco cuestionarios enviados a expertos jurídicos de cada país y que abarcaban cinco policy areas (ámbitos de actuación): estatus legal de las minorías religiosas, educación en las escuelas públicas, matrimonio y familia, atención espiritual en las prisiones, instituciones sanitarias y fuerzas armadas, y símbolos religiosos. Cada respuesta de los expertos juristas recibió una puntuación: "0" si se cumple la norma internacional, "-1" si no se cumple, "1" si el sistema jurídico de un país promueve los derechos de las MRC más de lo que exigen las normas. Por ejemplo, consideremos el indicador "¿Tienen las MRC derecho a enseñar su religión/creencia en las escuelas públicas?". Las normas internacionales no exigen que las MRC tengan este derecho, por lo que Grecia, donde sólo se puede impartir la religión mayoritaria, obtiene una puntuación correspondiente a "0". Polonia obtiene una puntuación de "0.70" porque muchas MRC tienen derecho a enseñar su religión en las escuelas públicas, aunque sólo unas pocas hacen uso de este derecho, y España obtiene una puntuación de "0.33" porque un número relativamente pequeño de MRC disfruta de este derecho. Podemos así decir que, en relación con este indicador, los derechos de las MRC se promueven mejor en Polonia que en Grecia.

Sin embargo, no basta con medir la promoción de los derechos de las MRC. De hecho, es posible que un Estado promueva sólo los derechos de una (o unas pocas) MRC: el índice de promoción debe leerse, por tanto, junto con otro índice, el de la igualdad de trato de las MRC. Este índice no mide la promoción de los derechos, sino su distribución entre las diferentes MRC. Se trata de un índice que hay que considerar cuidadosamente porque una lectura apresurada podría llevar a conclusiones inexactas. Si mantenemos el mismo ejemplo utilizado para el índice de promoción (el derecho de las MRC a enseñar su religión o sus creencias en las escuelas públicas), Grecia resulta ser el país donde las MRC reciben un trato más equitativo (puntuación "0": "0" indica igualdad total): pero este resultado aparentemente positivo es engañoso porque depende del hecho de que todas las MRC no tienen este derecho. Se trata, pues, de una igualdad "a la baja" o "por sustracción": en lugar de conseguir la igualdad añadiendo derechos a los que no los tienen, la igualdad se consigue privando a todos de ellos. En Polonia (puntuación "0.63") y aún más en España (puntuación "0.75") las desigualdades entre las MRC son mayores, porque sólo algunas de ellas pueden enseñar su religión o sus creencias en las escuelas públicas: pero, en general, la condición de las MRC es mejor en estos dos países porque las MRC "excluidas" (las que no tienen derecho a enseñar su religión o sus creencias) están al mismo nivel que todas las MRC en Grecia, mientras que las MRC "incluidas" (que sí tienen este derecho) están en un nivel superior de disfrute de derechos.

Por último, el Atlas ha elaborado un tercer índice, que mide la distancia entre los derechos concedidos (otorgados) a los creyentes de la religión mayoritaria y los que corresponden a los creyentes de las MRC. En este índice, Grecia vuelve a ocupar el último lugar con una brecha entre mayoría y minorías de 1.63 (porque en las escuelas públicas sólo se puede enseñar la religión mayoritaria), Polonia se mantiene en el primer lugar con una brecha de 0.28, España en el medio (brecha de 1.08).

Estas conclusiones se refieren a una sola pregunta, es decir, a un solo indicador entre las decenas utilizadas por el Atlas. El mismo análisis puede realizarse en relación con muchos otros indicadores, desde el derecho de los presos a ser visitados por representantes de su MRC, hasta el derecho de los miembros de las MRC a llevar sus símbolos religiosos en los espacios públicos, pasando por el derecho de las MRC a obtener la misma financiación pública que proporciona el Estado a la religión mayoritaria, etc. En este sentido, el Atlas representa una mina de datos que aún espera ser explotada.

Conclusión

En un documento de las Naciones Unidas dedicado a la medición de los derechos humanos (Human Rights Indicators. A guide to Measurement and Implementation, Nueva York-Ginebra 2012, p. 1) se escribió que “what gets measured gets done” ("lo que se mide se hace"). El significado de esta frase es que, sin datos precisos y mensurables, no es posible realizar un proceso de cambio que promueva los derechos humanos, incluidos los de las minorías. Este es el objetivo del Atlas: proporcionar una base de datos sólida para luchar contra la discriminación de las minorías religiosas y de creencias y fomentar el desarrollo de su identidad.

El Atlas es una obra recién inaugurada. Hasta el momento, ha cartografiado y medido los derechos de 13 MRC en 12 países de la UE relativamente a 5 policy areas (ámbitos de actuación). En breve se añadirán otros países (Dinamarca, Chipre, Croacia y Portugal) y otras policy areas (sacrificio ritual de animales). Un proyecto spin off (derivado) del Atlas, titulado Religious minorities in the Euro-mediterranean space (ReMinEm), ha empezado a estudiar la protección y promoción de los derechos de las minorías en dos países de Oriente Medio, Egipto y Líbano: durante el próximo año, la investigación se ampliará a Argelia y Turquía. Pero no basta con medir los derechos. Puede darse el caso de que un Estado promueva los derechos de las MRC sobre el papel, pero que estos derechos, aunque reconocidos por las leyes, no se apliquen luego en la práctica; y también puede darse el caso de que, dentro de un contexto jurídico en el que se respeten e incluso se promuevan los derechos de las MRC, éstas sigan sintiéndose socialmente discriminadas. Por lo tanto, es necesario añadir una investigación sociológica al análisis jurídico. Para ello, se ha redactado un segundo cuestionario, dirigido a los representantes de las MRC y destinado a sondear la percepción de la discriminación que, más allá de las leyes y normas, pueda existir entre los miembros de las MRC. Cuando los resultados de esta segunda encuesta estén listos, a principios del año que viene, las dos caras del planeta de los "derechos de las MRC" serán totalmente visibles.

En conclusión, el Atlas es una herramienta para poner de manifiesto la discriminación que todavía sufren las MRC en la actualidad, para promover su identidad y fomentar así su participación en la vida pública. Todo ello enriquece el pluralismo jurídico y social y contribuye a desarrollar la diversidad religiosa y cultural de los países europeos.

Cómo citar este artículo

Ferrari, Silvio, "Un instrumento para la promoción de los derechos de las minorías: el Atlas of religious or belief minority rights", Cuestiones de Pluralismo, Vol. 2, nº2 (segundo semestre de 2022). https://doi.org/10.58428/EIYD8341

Para profundizar

  • Ferrari, Silvio (2020). “Religious Minorities and Legal Pluralism in Europe”. En Von der Decken, Kerstin y Günzel, Angelika (Eds.), Staat - Religion - Recht: Festschrift für Gerhard Robbers zum 70. Geburtstag (353-368). Baden-Baden: Nomos. https://doi.org/10.5771/9783748909873-353
  • Ferrari, Silvio, Medda-Windischer Roberta y Wonisch Kerstin (Eds.) (2021). “Religious Minorities in Europe and Beyond: A Critical Appraisal in a Global Perspective”. Religions. Special Issue.
  • Gunner, Göran y Slotte, Pamela (2019). “The Rights of Religious Minorities”. En Gunner, Göran; Slotte, Pamela y Kitanovic, Elizabeta (Eds.), Human Rights, Religious Freedom and Faces of Faith. Globethics.net
  • Triandafyllidou, Anna y Magazzini, Tina (Eds.) (2020). Routledge Handbook on the Governance of Religious Diversity. Abingdon: Routledge. https://doi.org/10.4324/9781003083405
  • Ventura, Marco (Ed.) (2021). The legal status of old and new religious minorities in the European Union. Granada: Editorial Comares.


 

UNO STRUMENTO PER LA PROMOZIONE DEI DIRITTI DELLE MINORANZE: THE ATLAS OF RELIGIOUS OR BELIEF MINORITY RIGHTS 


Senza un sistema che permetta di misurare i diritti delle minoranze di religione e convinzione in ciascun paese dell’Unione europea è impossibile sviluppare una evidence-based policy che protegga e promuova efficacemente questi diritti. L’Atlas risponde a questa esigenza, contribuendo a ridurre le discriminazioni che queste minoranze soffrono ancora oggi.

 

Che cosa sono i diritti delle minoranze di religione e di convinzione (MRC)?

I membri delle MRC godono innanzitutto di tutti i diritti che spettano a tutte le altre persone, incluse quelle che fanno parte della maggioranza religiosa: da questo punto di vista non vi è alcuna differenza tra membri della maggioranza e delle minoranze. Ma, oltre a questi diritti, i membri delle MRC ne godono altri che sono ad essi riservati e che non sono riconosciuti ai membri della maggioranza religiosa. I diritti delle MRC non richiedono soltanto di assicurare l’uguaglianza dei loro membri con tutti gli altri cittadini ma anche di proteggerne e promuoverne la diversità.

Tutto ciò pone una domanda: perché, perché i membri di una MRC debbono godere di questi diritti ”aggiuntivi”? La risposta pone in luce le due componenti dei diritti delle minoranze. Innanzitutto questi diritti sono dovuti perché le MRC sono gruppi vulnerabili, in ragione del loro numero e delle differenze che li separano dalla maggioranza. Essi hanno quindi diritto ad una speciale protezione. In secondo luogo, questa protezione particolare risponde all’interesse non solo della minoranza religiosa ma dell’intera società: senza pluralismo non può esistere democrazia e senza minoranze non può esistere pluralismo. Questa è la ragione per cui i diritti delle MRC non vanno soltanto protetti ma anche promossi.

Chiarito questo primo punto si può cercare di dare risposta ad un secondo interrogativo: quali sono i diritti speciali che spettano a queste minoranze?

Non esiste un catalogo dei diritti delle MRC, ma esistono tre caposaldi attorno a cui essi possono venire raggruppati.

Innanzitutto, si tratta dei diritti che servono a proteggere e promuovere l’identità della MRC. Promuovere l’identità di un gruppo è qualcosa di più complesso ed impegnativo che proteggerne la libertà perché implica la necessità di azioni positive da parte delle Stato e delle altre istituzioni pubbliche volte a rimediare alla posizione di debolezza ed inferiorità in cui una minoranza si trova. Per fare un esempio, la libertà religiosa di uno studente ebreo o musulmano è garantita se la mensa scolastica fornisce un pasto vegetariano, che non contiene cibi proibiti dalla religione ebraica o musulmana. L’identità religiosa di quello studente è promossa se la scuola gli fornisce (o almeno gli permette di consumare) cibi kosher o halal, cioè cibi preparati secondo le norme della religione ebraica o musulmana.

In secondo luogo, si tratta dei diritti che assicurano alla MRC la possibilità di partecipare alla vita pubblica secondo le modalità che sono proprie di quella minoranza. In questo consiste l’arricchimento che una minoranza può portare all’intera società: mostrare, attraverso esperienze concrete, che esistono modi diversi ed ugualmente validi di concepire e regolare il matrimonio, i rapporti famigliari, l’educazione e via dicendo. Anche in questo caso è bene fare un esempio concreto, tratto dal diritto di famiglia. La libertà di un membro di una MRC è garantita dall’esistenza del matrimonio civile, che gli permette di sposarsi e creare una famiglia senza ostacoli dovuti alla religione che professa. Ma la partecipazione alla vita pubblica secondo le modalità proprie di quella minoranza è promossa se lo Stato riconosce a quella persona il diritto di celebrare un matrimonio religioso che produce effetti civili (a condizione naturalmente che esso non sia in contrasto con i principi fondamentali del diritto dello Stato). In tal modo l’identità della MRC trova riconoscimento nello spazio pubblico.

Infine, si tratta del diritto di non essere discriminati a causa delle proprie convinzioni religiose (o non religiose). Questo diritto spetta a tutte le persone, incluse quelle che professano la religione di maggioranza, ma i membri delle MRC sono quelli che più spesso subiscono discriminazioni. In questo campo gli esempi più chiari sono forniti dai simboli religiosi. La legge francese che proibisce agli studenti di indossare simboli religiosi “ostentatoires” a scuola, pur essendo formulata in termini generali, colpisce musulmani, ebrei e sikh, che indossano simboli particolarmente visibili (il velo, la kippà, il turbante), molto più che i cristiani che non solo non hanno l’obbligo (a differenza per esempio dei sikhs) di indossare questi simboli ma che solitamente indossano simboli molto meno vistosi.

In conclusione, non basta assicurare ai membri di una MRC il diritto di essere uguali a tutti gli altri cittadini, attraverso le norme che proibiscono qualsiasi discriminazione a base religiosa. Ciò è fondamentale ma non è sufficiente. E’ necessario anche assicurare il diritto di essere diversi dai cittadini che professano la religione di maggioranza attraverso il riconoscimento di diritti e esenzioni particolari che spettano soltanto ai membri di una minoranza.

 

A che cosa serve misurare i diritti delle MRC?

Una volta chiarito quali sono i diritti delle MRC, si può compiere il passo successivo e spiegare perché è importante mettere a punto un sistema per misurarli.

Ogni misurazione presuppone l’esistenza di un metro di misura. Qual’è il metro per misurare i diritti delle minoranze? Sono gli standard internazionali ricavabili dalle convenzioni, documenti e decisioni di organismi come le Nazioni Unite, il Consiglio d’Europa o l’Unione europea. Questi standards identificano i diritti che debbo essere riconosciuti ai membri delle MRC. Per esempio, gli standard internazionali prevedono che un detenuto abbia il diritto di ricevere, su sua richiesta, la visita di un rappresentante della propria religione. Se questo diritto non è garantito, lo standard internazionale non è rispettato. Una volta individuato il metro di misura, si può procedere a misurare gli ordinamenti giuridici dei diversi Stati ed assegnare un punteggio differente a quelli che rispettano lo standard internazionale, a quelli che non lo rispettano ed anche a quelli che fanno qualcosa in più di ciò che è richiesto da questi standards, promuovendo i diritti delle MRC in misura maggiore di quanto richiesto dalle norme di diritto internazionale.

Lo scopo di questa misurazione non è quello di compilare una lista degli Stati buoni e cattivi ma quello di individuare le aree dove i diritti delle minoranze sono oppure non sono rispettati e quindi di favorire lo sviluppo di una evidence-based policy che permetta di identificare i settori dove un intervento normativo è più necessario ed urgente. Questi settori sono diversi da paese a paese. Per esempio, in Italia ed in Spagna i dati dell’Atlas of religious or belief minority rights (di cui si parlerà nel prossimo paragrafo) mostrano che un’area dove i diritti delle MRC sono scarsamente rispettati e promossi è quella dell’assistenza spirituale nelle carceri, nelle istituzioni sanitarie e nelle forze armate: in questi due paesi le norme sull’assistenza religiosa privilegiano ancora oggi la posizione della religione di maggioranza perché esse risalgono a tempi in cui la diversità religiosa era molto meno rilevante di oggi. Senza sviluppare un sistema di misurazione dei diritti delle MRC, che identifichi le aree giuridiche dove essi sono o non sono rispettati e promossi, non è possibile elaborare una politica del diritto che consenta di cambiare le cose ed incidere positivamente sullo status giuridico delle minoranze religiose.

 

Come misurare i diritti delle MRC?

La maniera più semplice di rispondere a questa domanda è descrivere la metodologia ed il contenuto dell’Atlas of religious or belief minority rights, che è uno strumento per mappare e misurare i diritti delle MRC nei paesi dell’Unione europea. L’Atlas contiene tre indici che servono a misurare quanto i diritti delle MRC sono promossi in ciascun paese; quanto essi sono promossi in uguale misura per tutte le MRC; quanto ampio è il gap che separa i diritti delle MRC da quelli attribuiti alla religione di maggioranza. Naturalmente è necessario elaborare un sistema di misurazione dei diritti delle MRC scientificamente corretto. Il sistema adottato dall’Atlas è relativamente semplice. I dati per misurare questi diritti sono stati raccolti attraverso cinque questionari inviati ad esperti giuridici di ciascun paese e relativi a cinque policy areas: statuto giuridico delle minoranze religiose, educazione nelle scuole pubbliche, matrimonio e famiglia, assistenza spirituale nelle carceri, istituzioni sanitarie e forze armate, simboli religiosi. A ciascuna risposta degli esperti giuridici  è stato attribuito un punteggio: “0” se lo standard internazionale è rispettato, “-1” se non lo è, “1” se il sistema giuridico di un paese promuove i diritti delle MRC più di quanto richiesto dagli standards. Per esempio, prendiamo l’indicatore “le MRC hanno il diritto di insegnare la propria religione/convinzione nelle scuole pubbliche?”. Gli standard internazionali non richiedono che le MRC abbiano questo diritto quindi la Grecia, dove soltanto la religione di maggioranza può essere insegnata, prende il punteggio “0”. La Polonia prende il punteggio “0.70” perché molte MRC hanno il diritto di insegnare la propria religione nelle scuole pubbliche, anche se soltanto alcune di esse si avvalgono di questo diritto, e la Spagna il punteggio “0.33”, perché un numero relativamente ridotto di MRC gode di questo diritto. In tal modo possiamo dire che, in relazione a questo indicatore, i diritti delle MRC sono meglio promossi in Polonia che in Grecia.

Misurare la promozione dei diritti delle MRC però non basta. E’ infatti possibile che uno Stato promuova soltanto i diritti di una (o di poche) MRC: l’indice della promozione va quindi letto insieme ad un altro indice, quello dell’uguale trattamento delle MRC. Questo indice non misura la promozione dei diritti ma la loro distribuzione tra le differenti MRC. E’ un indice che va considerato con attenzione perché una lettura affrettata potrebbe condurre a conclusioni inesatte. Se manteniamo lo stesso esempio utilizzato per l’indice di promozione (il diritto delle MRC di insegnare la propria religione o convinzione nelle scuole pubbliche), la Grecia risulta il paese dove le MRC sono trattate con maggiore uguaglianza (punteggio “0”: lo “0” indica totale uguaglianza): ma questo risultato, apparentemente positivo, è ingannevole perchè dipende dal fatto che tutte le MRC non hanno questo diritto. Si tratta quindi di un’uguaglianza “al ribasso” o “per sottrazione”: invece di realizzare l’uguaglianza aggiungendo diritti a chi ne è privo,  l’uguaglianza è ottenuta privando tutti dei diritti. In Polonia (punteggio “0.63”) e più ancora in Spagna (punteggio “0.75”) le disuguaglianze tra le MRC sono maggiori, perché soltanto alcune di esse possono insegnare la propria religione o convinzione nelle scuole pubbliche: ma, nel complesso, la condizione delle MRC è migliore in questi due paesi poiché le MRC “escluse” (quelle che non hanno il diritto di insegnare la propria religione o convinzione) sono allo stesso livello di tutte le MRC in Grecia mentre quelle “incluse” (che hanno questo diritto) si trovano ad un livello superiore di godimento dei diritti.

Infine, l’Atlas ha elaborato un terzo indice, che misura la distanza intercorrente tra i diritti riconosciuti ai fedeli della religione di maggioranza e quelli che spettano ai fedeli delle MRC. In questo indice la Grecia torna all’ultimo posto con un gap maggioranza-minoranze di 1.63 (perché soltanto la religione di maggioranza può essere insegnata nelle scuole pubbliche), la Polonia resta al primo con un gap di 0.28, la Spagna in posizione intermedia (gap 1.08).

Queste conclusioni riguardano una sola domanda, cioè un solo indicatore tra le decine utilizzato dall’Atlas. La stessa analisi può essere svolta in relazione a molti altri indicatori, dal diritto dei detenuti di ricevere la visita dei rappresentanti della propria MRC a quello dei fedeli delle MRC di indossare i propri simboli religiosi negli spazi pubblici, al diritto delle MRC di ottenere gli stessi finanziamenti pubblici erogati dallo Stato alla religione di maggioranza e via dicendo. Da questo punto di vista, l’Atlas rappresenta una miniera di dati che attende ancora di  essere sfruttata.

 

Conclusioni

In un documento delle Nazioni Unite dedicato alla misurazione dei diritti umani (Human Rights Indicators. A guide to Measurement and Implementation, New York-Geneva 2012, p. 1) si è scritto che “what gets measured gets done”. Il senso ci questa frase è che, senza dati precisi e misurabili, non è possibile realizzare un processo di cambiamento che  promuova i diritti umani, inclusi quelli delle minoranze. Questo è lo scopo dell’Atlas: fornire una base solida di dati per combattere la discriminazione delle minoranze di religione e di convinzione e favorire lo sviluppo della loro identità.

L’Atlas è un cantiere aperto da poco tempo. Fino ad ora ha mappato e misurato i diritti di 13 MRC in 12 paesi dell’Unione europea in relazione a 5 policy areas. Altri paesi (Danimarca, Cipro, Croazia e Portogallo) ed altre policy areas (macellazione rituale) si aggiungeranno tra breve. Un progetto spin off dell’Atlas, intitolato Religious minorities in the Euro-mediterranean space (ReMinEm), ha iniziato a studiare la protezione e promozione dei diritti delle minoranze in due paesi medio-orientali, Egitto e Libano: nel prossimo anno la ricerca sarà estesa ad Algeria e Turchia. Ma misurare i diritti non basta. Può infatti accadere che uno Stato promuova i diritti delle MRC sulla carta ma che questi diritti, pur riconosciuti nelle leggi, non trovino poi reale applicazione; e può anche accadere che, pur in un contesto giuridico in cui i diritti delle MRC sono rispettati ed anche promossi, queste ultime continuino a sentirsi socialmente discriminate.  E’ necessario quindi aggiungere all’analisi giuridica un’indagine sociologica. A tal fine è stato preparato un secondo questionario, rivolto ai rappresentanti delle MRC e diretto a scandagliare la percezione della discriminazione che, al di là delle leggi e delle norme, può sussistere tra i membri delle MRC. Quando i risultati di questa seconda indagine saranno pronti, all’inizio del prossimo anno, le due facce del pianeta “diritti delle MRC” saranno pienamente visibili.

In conclusione, l’Atlas è uno strumento per porre in luce le discriminazioni che le MRC soffrono ancora oggi, per promuoverne l’identità ed in tal modo favorire la loro partecipazione alla vita pubblica. Tutto ciò arricchisce il pluralismo giuridico e sociale e contribuisce a sviluppare la diversità religiosa e culturale dei paesi europei.

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